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Cargando...Me es difícil adjetivar esta situación si pretendo no ser hiriente con algunos. Me sucede a diario y eso no es bueno. Se te queda atorada en la garganta y en la mente una sensación punzante que te acompaña y no logras desterrar. Más si lacera la carne de los tuyos.
Con este nivel de inflación y subidas galopantes de precios, ¿cómo proteges a los jubilados?
Sí, ya sé, saltarán algunos que dirán que existen mecanismos legales que resguardan a los más desfavorecidos y algunas cosas más a las que se tienen derecho de acción y respuesta.
Es cierto, tienen ciertas dosis de razón, pero con los pies en la tierra y la mano en el corazón le digo que la historia va más allá.
Tengo dos jubilados en la familia y mes tras mes tienen que hacer más que malabares económicos para salir adelante (les apoyamos en casa). Laboraron toda una vida y esperaron que su retiro les diera al menos para no preocuparse por lo elemental en materia de sobrevivencia alimentaria. Lastimosamente no es así.
Me temo que lo anteriormente expuesto pudiera acercar a más de un lector, que padece esta situación en su entorno familiar o social. Mi propósito no es revisitar los malos ratos que viven miles de jubilados y pensionados en la actualidad, pues solo ellos, desde su soledad o acompañados por familiares o amigos, son los esforzados protagonistas de una cotidianidad aplastante.
Tener una mirada más terrenal y apegada a la realidad que viven permitirá a quienes tienen poder de decisión mejorarles su bienestar. No soy un experto en sociología y mis tímidos conocimientos de economía se limitan al tenso contexto que vivo.
Solo alzo mi voz para recordar algo vivo y que goza de “buena salud”. Existe un mal que hace un tiempo pervive entre nosotros devorando algunas virtudes de nuestra humanidad.
Un buen puñado de imágenes diarias ilustran lo anterior y taladran el cerebro de quienes las apreciamos con la voluntad de superarlas. Desterrarlas para siempre está entre el decir, sepultar el silencio y ¡actuar!
Tengo 74 años de edad, me jubile ya hace algunos años y pensé que podría al hacerlo, lograr disfrutar de un merecido descanso relativo (porque uno se jubila, no se retira) y vivir de forma honesta y decente con el fruto de mis esfuerzos acumulados durante tantos años de trabajo y hacer cosas que durante mi periodo productivo, me eran muy difíciles hacer por dedicar mi tiempo a las tareas productivas o de la defensa, pero tuve que reincorporarme a la actividad laboral pues el costo de la vida se ha elevado a niveles estratosféricos.Tengo la suerte de que mis condiciones físicas y mentales aun me lo permiten pero pienso en los que no están en las mismas condiciones y los veo a veces como aves sin rumbo, tratando de sobrevivir a su crisis financiera,viviendo a veces de la caridad y solidaridad humana,la cual yo practico,(guste o no guste reconocer, que escasea en ocasiones por la metalización de la mente de algunos que piensan como viven). No dejo de pensar:¿ que será de mi cuando me abandonen mis fuerzas y ya no pueda trabajar más, pues mi familia ya se acabó, las personas se hayan metalizado más y no se le haya puesto freno a la especulación de los precios mal intencionados del mercado interno?. Todos de una u otra forma llegamos a viejos, pero no todos llegamos en las mismas condiciones,¿se habrá llegado al fin a una solución?
Cualquier persona mayor de 65 años en las actuales condiciones de precariedad en las que vivimos, Es Vulnerable
El vocablo VULNERABLE es sinónimo de POBREZA
Hoy es un eufemismo llamar a alguien VULNERABLE cuando en buen cubano ea pobre
Esta situacion es generalizada en todo el pais y al igual que todos estoy aterrorizado casi cunplo los 60 y pienso que nunca pense que esto fuera un dia a existir en este pais yo naci en esta revolucion y me educaron con principios de esta y ahora ver tantas personas de avanzada edad en las calles me preocupa y me pone a pensar que rumbo estamos cojiendo
Se lo extremadamente difícil que es manejar nuestra economía, por las causas externas que todos sabemos, sin embargo, muchas, demasiadas decisiones tomadas ante la urgencia, han venido a agravar la situación, pues no han tenido en cuenta la transversalidad de estos temas. Soy un profesional jubilado, despues de más de 40 años de aporte al país, y mi jubilación no me alcanza ni para comer. Estoy contratado en dos trabajos, y lo que me pagan no es suficiente para tener una vida digna. No me quejo por tener que trabajar, pues amo mi profesión, pero es muy injusto que ni así pueda solventar mis necesidades. Se que mi situación no es la peor, pero yo también soy vulnerable, y se que muchos, muchísimos pueden decir lo mismo. Se que es difícil, muy difícil, pero algo hay que hacer pronto, y que sea integral y efectivo.
Lo apoyo 100% y me uno a su sentir.Triste realidad.Me siento extremadamente sensible cuando veo en mi cotidianidad casos muy deprimentes como persosnas pernoctando en los portales quizas sin haber comido nada ya sea viejos abandonados a su suerte o personas con trastornos mentales o adicciones sin una debida atención sin zapatos o pidiendo comida y no estoy exagerando .En mis años nunca he visto tan exacerbada esta problemática .Que los tiempos difíciles no acaben con el amor,la bondad y la solidaridad que siempre nos ha caracterizado.Necesitamos acabar con este flagelo social y asi hacer una sociedad mas justa.
Es necesario que analicen porque las madres pierden siempre todo los sistemas de pago si faltan algún día por tener a sus hijos enfermos debe ser una directiva nacional no dejarlo a la buena voluntad de los directores de empresas, algo como esto afecta a muchas mujeres en cuba y si reportaría un efecto a los salarios de ellas. Podría ser algo como , en los diseños de sistemas de pago debe protegerse a las madres con hijos menores de edad y se le retribuirá según las horas real trabajada en el mes…
Daniel no se apene por su comentario esa es dura pero la pura realidad hay muchos como yo que se sienten impotentes ante esta situación y por ponerle un ejemplo en estos dias de noches tan frias pienso en aquellas personas deambulantes de mi querida ciudad de los parques personas ancianas o con trastornos mentales o de adicción que encontré pernoctando en las afueras de la terminal Las Baleares cuando sali de mi trabajo a lo mejor sin comer bocado alguno.Imposible no sensiblizarse ante esta triste situación que va cogiendo auge en estos tiempos.Me uno a su sentir y exigo a las autoridades accionen para hacer una sociedad mas justa y solidaria como lo fue siempre.