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Nuestros guardianes

Han transcurrido 65 años de aquel enero en que  se empezó a cambiar todo lo que debía ser cambiado. Una sociedad nueva reclamaba una policía nueva, totalmente opuesta a aquella servil a la tiranía derrotada,  repudiada por el pueblo, en la que sus figuras más connotadas alcanzaron posiciones a costa de torturas y crímenes.

Ya desde finales de la lucha insurreccional operaba otra bien distinta en los territorios liberados del Segundo Frente Oriental Frank País, creada por su jefe el entonces comandante Raúl Castro Ruz. Era la Policía Rebelde, digno antecedente de la institución creada en una fecha tan temprana como el 5 de enero de 1959: la Policía Nacional Revolucionaria.

Fue en la tierra santiaguera, específicamente en San Luis, la primera de las estaciones de la PNR en el país, que pronto se diseminaron por toda la geografía nacional, y como instrumentos del pueblo para consolidar la victoria conquistada fueron abarcando disímiles misiones relacionadas con el orden interior y la seguridad ciudadana.

Su primer jefe, el entonces comandante Efigenio Ameijeiras Delgado, calificó esta responsabilidad de muy compleja, en especial en los momentos iniciales en que hubo que hacerle frente a las maniobras de la contrarrevolución. “A los enemigos y a los divisionistas, sin embargo, los mantuvimos a raya porque éramos una policía popular” declaró en una entrevista.

La PNR escribió páginas heroicas, junto con el Ejército Rebelde y las Milicias  en el rechazo a la invasión mercenaria por Playa Girón y en la Lucha contra Bandidos en el Escambray.

Sin abandonar su disposición a empuñar las armas para la defensa del país si fuera necesario, otras muchas tareas fueron agregándose al quehacer de la PNR, en la medida que fue creciendo la obra de la Revolución. Ellas han requerido sumar a su conciencia y fidelidad a la patria, la elevación de su profesionalidad para estar en mejores condiciones de ejercer su cometido.

“El funcionario que cuente con la mayor consideración, aprecio y respeto social debe ser el policía, afirmó Fidel  porque está cumpliendo su deber en la primerísima línea, chocando con lumpen, delincuentes, insolentes, incluso dementes en la calle, para lo cual se necesita energía, salud, conciencia, valor y dignidad a toda prueba; hombre que está en el combate de todos los días, a todas horas, velando por la tranquilidad de las familias, de los padres, de los hijos, de los hermanos, de los ancianos, de todos.”

No por casualidad el enemigo ha desatado su odio contra nuestra policía. En su empeño por imponer una falsa matriz de opinión de que en Cuba existe una creciente inseguridad, desestabilización e impunidad,  llaman a atentar contra los combatientes de la PNR, los autos patrulleros y unidades, a lo que suman todo tipo de difamaciones y llamados a desconocer su autoridad.

Según se denunció en la prensa  solo en los primeros meses del pasado año se detectaron  más de 240 convocatorias o incitaciones de ese tipo en las redes digitales

Es la manera de atacar una preciada conquista de nuestro socialismo que es el  orden y la tranquilidad ciudadana, reconocida por los que visitan nuestro archipiélago pero que conspira contra los planes del enemigo de dar una visión de un Estado fallido a punto de colapsar.

Ante semejantes ataques la PNR continúa su labor para lo cual enfatizar en la prevención y rechaza el uso de la fuerza, al menos que la gravedad de las circunstancias lo justifique.

Su gestión la realiza en condiciones muy diferentes a las de otras naciones que se autotitulan defensoras de los derechos humanos, donde es habitual la violencia policial ,mediante el uso de chorros de agua contra las multitudes,  balas de goma que han provocado cientos de lesiones oculares policías sometiendo brutalmente a los detenidos como lo hizo contra George Floyd el policía blanco, presionándolo con fuerza con la rodilla sobre el cuello hasta arrebatarle la vida. ..

Una de las tareas más importantes de la PNR hoy es la lucha contra el delito, las ilegalidades y las manifestaciones de corrupción,  una batalla que contempla desde la protección de los bienes personales de los ciudadanos hasta los recursos del Estado y no admite impunidad ya que en el socialismo  no tienen cabida el caos ni el desorden sino la disciplina y la legalidad.

Así llega la Policía a su 65 aniversario, enfrascada en solucionar limitaciones y deficiencias pero orgullosa de su ejecutoria y fiel a aquella idea del Comandante en Jefe de que el verdadero orden, es el que se basa en la libertad, en el respeto y en la justicia, y no en la fuerza.

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