Algunas de las propuestas del Festival

Algunas de las propuestas del Festival

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Cinematografías de un continente pujante y diverso confluyen por estos días en La Habana. Casi doscientas obras de 19 países compiten por los míticos premios Corales del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, cuya edición 44 concluye el próximo domingo.
Sin corazón 

La dictadura militar en Argentina es uno de los grandes temas de la cinematografía de ese país. Hay una gran filmografía en ficción, pero el cine documental no se queda atrás. En la sala 23 y 12 se presentó El juicio, una coproducción con Italia, Francia y Noruega, de 177 minutos, dirigida por Ulises De la Orden. En 1985, a dos años del fin de la dictadura, los principales miembros de la junta fueron juzgados en los tribunales. Fue un proceso muy complejo, que ya ha sido objeto de la recreación fílmica. En este documental se hace particular énfasis en las pruebas del terrorismo de Estado que sufrió el país. La crítica ha destacado la estructura de la narración, que remarca una experiencia tan fascinante como desagarradora.

Y también de Argentina se presentó en el concurso de óperas prima Clara se pierde en el bosque, el debut como directora de Camila Fabbri. Se trata de una adaptación de su novela El día que apagaron la luz, en la que Fabbri reunió testimonios de personas que se vieron afectadas por una gran tragedia: el incendio en el Boliche República Cromañón, en la noche del 30 de diciembre de 2004. Allí murieron casi doscientas personas. La película relata el proceso en el que la protagonista trata de superar el trauma.

Este jueves se presenta en el Yara Los delincuentes, una coproducción entre Argentina, Luxemburgo, Chile y Brasil dirigida por Rodrigo Moreno. Se trata de una comedia dramática que ha entusiasmado a la crítica. En el muy exigente Tha Guardian, de Gran Bretaña, se ha escrito:  «Si Pedro Almodóvar y Éric Rohmer se unieran para componer una larga y serpenteante película de atracos, podría ser así, pero hay algo en la extravagancia de la película que la hace muy difícil de encajar en el género de atracos, o en cualquier género. (…) Podría convertirse en un clásico de culto.»

La mujer salvaje

El concurso de óperas prima del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana ha reservado interesantes propuestas. Sin corazón, una coproducción entre Brasil, Francia e Italia dirigida por Tiáo y Nara Normande, es uno de esos filmes que muestran el crecimiento moral y psicológico de sus personajes. Está basado en el cortometraje homónimo que se premió en la Quincena de Realizadores de Cannes 2014. Las diferencias sociales, con los prejuicios que acarrean, la delincuencia juvenil, el erotismo y la violencia, confluyen en un largometraje que enfatiza sin paños tibios la tantas veces compleja transición entre el final de la adolescencia y el inicio de la adultez.

De la adolescencia también se ocupa Todos los incendios, primer largometraje del director mexicano Mauricio Calderón. Calderón ha dicho que es una película de iniciación; tiene que ver mucho con los cambios de una etapa en la que el personaje debe aceptar muchas cosas. El protagonista de la historia es Bruno, un muchacho al que le gusta incendiar cosas y difundirlo en video. Un día decide huir de su casa… y ahí comienza un verdadero rastro de fuego.

En el concurso latinoamericano compite la coproducción argentino uruguaya El viento que arrasa, dirigida por Paula Fernández. Presa de la fe ciega de su padre, el Reverendo Pearson, Leni lo acompaña en su misión evangélica. Un accidente los obliga a detenerse en un taller y el Reverendo se obsesiona con salvar el alma del hijo del mecánico.

Extraño camino, del brasileño Guto Parente, narra el singular encuentro entre un padre y un hijo. Mientras que Transfariana, de Colombia, dirigido por Joris Lachaise, es un documental sobre el inesperado amor entre una mujer trans y un exguerrillero en la cárcel.

Todos los incendios 

Como una crónica urbana transcurre La mujer salvaje, la película cubana dirigida por Alan González que opta por el Coral en el apartado de óperas primas. Es una historia ardua. Los rigores del día a día son recreados en un retrato descarnado, que no escatima violencias física y psicológica, pero tampoco una ternura sutil, el amor que termina por imponerse, amor maternal. El naturalismo de la puesta está bien asumido por el elenco, en una narración que va desvelando poco a poco sus lógicas.

Mientras que de Colombia llega El otro hijo, una coproducción con Argentina y Francia dirigida por Juan Sebastián Quebrada. La cinta explora la muerte de un hijo desde la perspectiva de su hermano.

Son solo algunas propuestas. Hay mucho por ver.

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