Cargando...Articular varios actores económicos, en función de diversificar e incrementar la producción agropecuaria, es la estrategia que se implementa en Mantua para obtener el autoabastecimiento alimentario territorial. Estructuras cooperativas, entidades estatales y proyectos de desarrollo local tributan a este fin.
El área de desarrollo agrícola La Vigía, pertenece a la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) Mantua, la zona en fomento cuenta con 128 hectáreas (ha), de ellas sólo 53 están sembradas; ante las pocas lluvias y descenso del nivel de la fuente de abasto, aumentarán las plantaciones de yuca, cultivo rústico que demanda poco riego.
Los 30 trabajadores reciben el salario mínimo, en intercambio con el colectivo, Eumelín González Sánchez, gobernador de Pinar del Río, instó a implementar sistemas de pago que incentiven la productividad y disponibilidad de alimentos para la población.
Sugerencia similar recibió el colectivo de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Emiliano Zapata, que antiguamente sobresalían por sus indicadores en la ganadería y hoy están muy por debajo de sus potencialidades, entregando 1, 8 litros de leche por vaca en ordeño, y 52 reproductoras sin fecundar, además, carecen de áreas plantadas con plantas proteicas u otros cultivos que tributen al alimento de la masa.
Aunque han incrementado las siembras de cultivos varios y cuentan con 100 hectáreas de arroz, estiman rinda 3,8 toneladas por cada una de ellas.
De veterinario a emprendedor transitó Yasmani Armas Valdés, gestor del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) La Pista, en alusión a que el enclave antiguamente se empleaba para la aviación, hoy allí se empeñan porque levante vuelo un módulo pecuario.
A la cría de equinos, importante fuente de ingresos, se suman conejos, carneros, aves, chivos, cerdos de capa oscura y aves.
En la medida que van recuperando tierras cubiertas de marabú, elaboran carbón para la exportación.
Menos los cerdos, que todavía están ampliando el banco reproductor, del resto de las especies ya están en condiciones de comercializar, aunque pequeñas cantidades.
Sobre la máxima de que «el barco» está en el municipio y por ende, todo lo que consuman los mantuanos ha de producirse en el territorio, urge un despegue productivo que esté en consonancia con las demandas nutricionales para responder a la seguridad alimentaria.
