Cuando el campeón olímpico y mundial de lucha grecorromana, Luis Orta (67 kg), salió del colchón con el oro 27 de Cuba aseguró a la prensa que nuestra delegación llegaría a 30 coronas para regalárselas al pueblo.
Y no le faltó razón al habanero, pues esa misma noche del 4 de noviembre el grequista Oscar Pino, la ochocentista Sahily Diago y el relevo femenino de 4×400 aportaron un trío de cetros, para sobrepasar los cálculos más optimistas de especialistas y aficionados, en tanto confirmaron el quinto puesto en la tabla de medallas, solo superado por Estados Unidos, Brasil, México y Canadá.
Una vez más el alma de nuestros deportistas se creció en tiempos difíciles. Los deportes de combate: boxeo, judo y lucha, junto al atletismo nos dieron las mayores alegrías, sin olvidar el tiro, las pesas, canotaje, remo y tenis de mesa, que también aportaron monarcas electrizantes y vivencias inolvidables.
No podremos olvidar tampoco los podios conseguidos en ciclismo, kárate, voleibol de playa, pelota vasca, taekwondo, bádminton y esgrima; al tiempo que la sequía de premios en deportes colectivos arruinó más de un grito desesperado, sobre todo en el béisbol.
Concluyen los Juegos Panamericanos quizás más difíciles para el deporte cubano por el contexto social y la economía. Pero una vez más nos sobraron corazón, coraje y c… y regresamos orgullosos cantando nuestro himno nacional.
Descargue en versión PDF: Separata Deportiva del Periódico Trabajadores, Lunes 6 de noviembre de 2023 (4776 descargas) Diseño: Elsy Frómeta
