Venga mezcla

A pie de obra está el Sindicato de Trabajadores de la Construcción (SNTC). Su segunda Conferencia Nacional tiene más allá del nivel del «cerramiento» el proceso asambleario. Fundir las sesiones finales del cónclave es cuestión de poco tiempo.

Se analiza en las reuniones cada detalle porque la organización obrera quiere cooperar para que se vierta hormigón sobre los pisos que aún son de tierra en viviendas de más de 3 mil trabajadores del sector hidráulico y la construcción en el país.

Desmontar esa añeja debilidad tiene como oportunidad y ejemplo concreto la creación de casitas infantiles para la atención a niños de madres trabajadoras en su centro laboral. La experiencia comenzó por la empresa de tuberías de polietileno de alta densidad Hidroplast, de La Habana, se ha extendido a las demás provincias y están en ejecución 16 de esas instituciones.

En Ciego de Ávila la primera fue inaugurada en el Consejo Popular Patria, del municipio Morón. Se han materializado en otras localidades y cuenta con perspectivas esta variantes para la atención a la primera infancia y ayuda a la madre trabajadora en el propio centro laboral.

Si alcanzaran niveles de ejecución estables la eliminación de pisos de tierra y la creación de casitas infantiles, pudieran ambas acciones atenuar la fluctuación de la fuerza de trabajo que superó el pasado año el 46 % en el Ministerio de la Construcción.
La incidencia también abarcó a unos 8 mil trabajadores del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, según datos del mencionado Sindicato.

Esta organización reconoce que su funcionamiento interno necesita de mucho repello y fino para arribar a su magna cita con mejores resultados y avanzar con iniciativas que reanimen los chequeos de emulación, los festivales y los juegos deportivos de los trabajadores y la recreación para disminuir el estrés de las rutinas productivas.

Ciertamente, tensa es en la actualidad la actividad constructiva por la insuficiente disponibilidad de medios de trabajo, materias primas y piezas de repuesto para los equipos de transporte obrero; así como también la mala calidad de los medios de protección personal, la ropa y el calzado de trabajo.

Todo ello repercute en la actividad económico-productiva del sector en Ciego de Ávila con decrecimiento en las producciones físicas, incumplimientos de las ventas netas y de las utilidades en varias Unidades Empresariales de Base.

En la última década cumplió la provincia el plan de inversiones solo en 2017 y 2018, al 110,1 y 101 por ciento, respectivamente. El año pasado al 67.9 %.

Si a eso se suma que el 42 % de los equipos está evaluado de regular y mal su estado técnico en el Ministerio de la Construcción, no le falta razón al Sindicato de que a su funcionamiento integral y la gestión administrativa les faltan mucha mezcla por batir en la atención y representación a trabajadores estatales y nuevos actores económicos que suman casi 140 mil en el sector constructivo del país.