Con Filo: Ahorrar con energía e inteligencia

Con Filo: Ahorrar con energía e inteligencia

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Nuevamente la disponibilidad de combustible en el país nos coloca en una coyuntura delicada en materia de generación de energía eléctrica y para el funcionamiento en general de la economía cubana.

 

La información pública que se ha brindado se adelantó así a lo que pudiera ser el momento más difícil de este año en materia energética, lo cual constituye un punto a favor de que se pueda paliar la situación con medidas duras, pero inteligentes y a tiempo.

Llama poderosamente la atención la estrategia gubernamental de comenzar a ajustar consumos y preparar a los territorios mediante una comunicación clara y oportuna desde los municipios, que precedió al abordaje del problema en estos últimos días.

Porque en definitiva la capacidad que tengamos a nivel local para reorganizar los procesos económicos y los hábitos de la ciudadanía serán determinantes para sobrellevar esta emergencia de la manera menor traumática posible.

Coincidió además esta circunstancia con una oportunidad como el Décimo Congreso de los CDR que concluyera este jueves, lo cual permitió al Presidente de la República en persona, Miguel Díaz-Canel, abordar el asunto y ubicarlo como la primera prioridad en la labor no solo de esa organización de masas, sino de todos los eslabones de nuestra sociedad civil que operan en los barrios y comunidades.

Aunque parezca un juego de palabras, los consejos de la administración municipales y gobiernos locales tendrán que poner toda su energía entonces en el ahorro de energía, porque cuando se habla con la gente enseguida saltan inquietudes y se identifican brechas de consumo excesivo y despilfarro de corriente eléctrica y otros portadores.

Cuando concurren circunstancias como esta nuestra población pide mucho, y con razón, que las medidas de ahorro sean parejas, discriminen bien entre lo esencial y lo que no lo es, y partan del ejemplo que deben dar las instituciones estatales y sus representantes.

Hay que llegarles también a quienes en nuestras ciudades ostentan un nivel de vida con consumos que pueden ser legales, pero constituyen casi un agravio para la media de nuestra ciudadanía. Esa sensibilidad tiene que existir, y donde no la haya, hay que exigirla.

Resulta muy lógica además la explicación de que no todo el golpe de estas afectaciones puede dejarse sobre la actividad económica, para la protección del consumo del sector residencial de manera exclusiva.

Si no producimos para tener más ofertas y para exportar, estaríamos además hipotecando al país, y en el corto y mediano plazo eso podría agravar la situación de nuestra ya golpeada economía.

Por tanto hay que timonear la escasez con un criterio de la urgencia, pero también de la prudencia y la previsión, con un análisis colectivo en cada nivel de decisión sobre las actividades que se deben suspender, aplazar o reacomodar, para que el ahorro del combustible y la energía no nos cree un problema mayor, ya sea material o con consecuencias sociales y de otro tipo que luego resulten más costosas y difíciles de revertir.

También hay que cerrarle el paso al pánico, las mentiras y manipulaciones mediáticas que desde el exterior buscan el desaliento y la irritación, con respuestas rápidas y efectivas ante los rumores, las bolas y los inventos que ya han comenzado y seguramente continuarán.

Reiteramos entonces, a ponerle energía, con toda la inteligencia de que somos capaces, al ahorro de energía.

 

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3 comentarios en Con Filo: Ahorrar con energía e inteligencia

  1. «Décimo Congreso de los CDR».
    _La estrategia gubernamental de comenzar a reorganizar los procesos económicos y los hábitos de la ciudadanía; a ubicarle como primera prioridad en la labor no solo de esa organización de masas, sino de todos los eslabones de nuestra sociedad civil que operan en los barrios y comunidades; una estrategia gubernamental de comenzar a ajustar consumos y preparar a los territorios.
    Se dice que más del setenta porciento del consumo eléctrico del país corresponde al sector residencial.
    De acuerdo. Ahora, ¿dígame Usted?: qué parte del alumbrado público, por poner un ejemplo, supuestamente un cálculo de beneficio social encadenado, es dejado de asumir y contabilizar por el sector estatal encargado de esa tarea.
    Ante el llamado responsable de nuestro Presidente es muy recomendable recordar a las administraciones municipales y gobiernos locales que recuerden: _en muchas localidades de base no existen, ni funcionan esas estructuras sobre las cuales piensan apoyarse, empesando por los poderes populares de circunscripciones pequeñas las cuales ha habido que reagruparlas en zonas para «alcanzar los cuorum» de algunas actividades.
     
    El llamado de nuestro presidente por tanto parece atinado, habrá que poner toda la energía para recuperar estructuras, entonces empeñarlos en el ahorro de energías locales.
    Gracias

  2. Gracias por publicarme, estimado Paquito. Le añado. Laboro hace varios años como especialista en uso racional y ahorro de energía. Leer su titular, al que se une una frase de nuestro Ministro de Economía en la reciente Mesa Redonda que abordó estos temas(ahorrar no es dejar de hacer), tiene un significado que incluso hoy no comparten muchos decisores. En todo este tiempo, mi desafío principal ha sido debatir y tratar de convencer que ahorrar no es dejar de consumir, sino, hacerlo con determinada eficiencia. Es decir, o logras ejecutar mayor nivel de actividad que el planificado con la cantidad de energía que te asignaron consumir, o logras ejecutar el nivel de actividad planificado consumiendo menor cantidad de energía que la asignada. Pero nunca, en aras de cumplimentar un plan asignado de consumo, ejecutas menor nivel de actividad. Esta acción no representa ahorro, es un despilfarro del recurso asignado. Sin embargo, en muchas, demasiadas ocasiones lo que se nos exige es cumplimentar un ¨plan¨ de consumo, y, si efectúas restricciones al nivel de actividad, y adicionalmente logras no consumir energía, quedándote por debajo de la asignación, entonces lo consideran como «ahorro».

  3. Estimado Paquito:
    Bajo una artículo de nuestro amigo Chang deslicé una sugerencia,precisamente en línea con tu llamado en el último párrafo; decía:
    «Hay un número de medidas adicionales, a tomar y publicitar ampliamente, que pudieran estimular el ahorro residencial. Te pongo un ejemplo.Hoy, en las áreas verdes (o provincias del interior)se están aplicando cortes programados de energía para suplir los déficits de generación, hasta doce horas diarias, en bloques de tres horas. Ahora bien, si usted tiene el bloque de consumidores «X», el cual, en su consumo histórico, es más «ahorrativo» que los bloques «Y» y «Z», entonces, además de publicitar el buen desempeño, de ponerlo como incluso como ejemplo, lo estimulo con una mejor política de cortes de energía, puede que incluso no tenga que apagarlo. Entonces, esos consumidores se sentirán más estimulados y el resto, también. Al final, ganamos todos. Dejará de suceder lo que hoy que, cualquier vecino, por un llamado de su conciencia, sentido de pertenencia, o de país, o lo que sea, apague cualquier iluminación innecesaria u otra acción que conduzca a la disminución de consumo, entre su voz interior y, la de todos las que lo rodean le dicen, con toda razón, para qué estás haciendo lo que haces (con palabras incluso no publicables) si, de todas maneras, te van a cortar la corriente la misma cantidad de horas o mayor que cualquier otro que nunca le ha importado el tema.»

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