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Palco #12: Sueños y pesadillas

Uno nunca sabe como van a terminar los sueños. En unas ocasiones acaban bien, en otras, sin explicaciones se te empieza a acelerar el corazón porque alguien te persigue y quieres escapar, pero no avanzas. Se te van acercando. En tu pecho late más fuerte. La respiración se te agita y, claro, te alcanzan.

Femke Bol tras acabar carrera. Foto: Getty Images

Vas por una pista de atletismo, eres Femke Bol, campeona de Europa, bronce olímpico, recordista mundial, y sueñas con tu primer título del orbe. Sales de la última curva y solo ves tu sendero delimitado por un par de líneas blancas. Sigues corriendo. Te gusta tu sueño. Eres tú sola por tu carril.

Pero en el fondo sabes que algo no va bien. No puedes ir tan fácil por el camino de la medalla de oro. Adviertes un trote… Mientras avanzas, lo sientes más fuerte. Miras de reojo y una sombra te persigue. Te quedan solo 30 metros, pero ya no estás sola.

Alguien viene por ti, por convertir su sueño en tu pesadilla y la de tus compañeros del relevo mixto del 4×400. Aguantas, sigues corriendo. Confías en que el mal rato pasará. Pero las pisadas retumban en tus oídos y tu corazón se acelera aún más cuando sientes la respiración sostenida de Alexis Holmes.

Quedan diez metros, quieres despertar, pero no puedes. Te esfuerzas por llegar a la meta y parece que te halan. Holmes se pega, se pone a tu altura. Te sientes atrapada. Te ahogas y en el esfuerzo por entrar a la meta pierdes el paso. Caes como si te hubieras tirado para cruzar, pero lo haces unos metros antes en la desesperación. Eso tienen los sueños, que todo se distorsiona.

Tu cara impacta contra el suelo. El batón sale desprendido y entonces despiertas. Te levantas y por costumbre cruzas la meta… después de Holmes, que celebra el record del mundo con sus compañeros de la escuadra estadounidense y no quiere despertar.

Foto: AFP
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