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El salario importa, lo demás también

Cuidar la fuerza de trabajo cobra un sentido especial para la Yamarys Márquez González, especialista en gestión de Recursos Humanos en la Empresa de Perforación y Reparación Capital de Pozos de Petróleo y Gas, comercialmente conocida como EMPERCAP.

 

Lograr el equilibrio entre lo económico y emocional fomenta el bienestar de los empleados,  fundamental para lograr una sólida cultura organizacional, sostiene la sicóloga Yamarys Márquez González. Foto: Tomada del Facebook de EMPERCAP.

 

En un contexto donde la emigración laboral es un hecho en la realidad cubana, en la entidad matancera se intenta  evitar perder  hombres y mujeres esenciales en la producción del crudo cubano,  a sabiendas del desafío que sigue siendo atraer, comprometer y retener empleados, más si son talentosos.

Para garantizar ese  vínculo amoroso entre la organización y su gente, cada cual intenta hacer lo suyo en EMPERCAP.  Por ejemplo, en el buró sindical surgen las iniciativas vinculadas con la atención a los trabajadores y eso, sin ser suficiente,  tiene su recompensa en el apego al colectivo,  a sus valores.

Sin  EMPERCAP no hay petróleo. Es el eslabón primario, es una conclusión clara para todo el que labora allí. Esa idea también la sostiene Márquez González, la sicóloga encargada de captar a  cuanta persona desea trabajar en EMPERCAP. “La primera cara que ven es la mía”, asegura sonriendo.

“Para nosotros existe la oportunidades de buscar las fuerzas en las direcciones territoriales de trabajo. También vienen por voluntad propia. Tenemos un día a  la semana donde reclutamos a los interesados. En función de la exigencia de los cargos existentes aquí, organizamos los procesos”.

Aclara que “ellos llegan con una idea y los reorientamos  en función de garantizar esa motivación o necesidad de  tener un vínculo laboral, de buscar una mejoría económica o de integrarse al mundo petrolero”.

Cuidar la fuerza de trabajo es un desafío de todos los días en EMPERCAP. Foto: Noryis

 

Así y todo, siempre hay éxodos, demasiado éxodos, le observo. ¿Cuánto duele esto? Ella no lo piensa dos veces. “Duele mucho, pero nunca pierdo la esperanza de garantizar la estabilidad de  esa fuerza de trabajo interesada en un inicio en formar parte de la organización,  a la que le vi potencialidades para ocupar cargos o para seguirse preparándose, llegar más lejos,  y aportar a la empresa y al país”.

En lo particular, confiesa, busco siempre reorganizarme. “Se trata de enamorarlos desde que se incorporan para que lleguen a amar lo que hacen. Es un proceso donde debemos intervenir todos, para que no se pierda en el día a día al personal reclutado”.

Una de las cosas que la golpean es que los captados se vayan en el período de prueba. “Cuando se marchan en esa etapa, es una derrota, porque no garantizamos seducirlos, engancharlos…”.
La especialista en gestión de los Recursos Humanos en EMPERCAP habla de lo atractivo que suelen ser los ingresos , porque  perciben utilidades cada tres meses, un salario bueno como consecuencia de aplicar el Decreto  87. “Estas son oportunidades”.

No se puede perder de vista que el escenario es otro y la migración se lleva a especialistas de alta competencia, diferente a etapas donde la inestabilidad  estaba en los obreros, admite. “Hoy se hace un poco más difícil encontrar a los de nivel superior”, ella se detiene y vuelve a sonreír. “Aquí tratamos de mantener la calma, de no angustiarnos y de rediseñar la estrategia, en correspondencia con el entorno”.

Por ejemplo, tuvimos la experiencia de dos estudiantes universitarias insertadas aquí, ya ingenieras industriales, y una de ella trabajó en cómo elaborar un sistema para reclutar o atraer fuerza de trabajo desde las redes sociales, y so es muy interesante.

La sicóloga insiste. La permanencia aquí no lo veo solo como un asunto de dinero, de salario, de ingresos. El reto está en que lo que hacemos, le llame  la atención a las personas, y vean que satisface necesidades superiores, que para mí no son necesariamente las económicas. Yo creo que la gente busca ese equilibrio entre la satisfacción económica y lo emocional”.

Lo importante en ese camino, precisa, es “buscar que los que estamos aquí consolidemos el sentido de pertenencia,  y se los transmitamos a los nuevos ingresos, para mantener la fuerza de trabajo”.

¿Con qué EMPERCAP sueña, cuál es su empresa ideal?  “La que garantice los servicios con la tecnología adecuada y mantenga el equilibrio de la fuerza de trabajo, que es mi razón de ser. La organización donde hoy laboro se derivó de la entidad madre que es la petrolera, y ya venía con experiencia…. Nació en febrero de 2003. Yo llegué unos meses después. Ya han pasado 20 años”.

La sicóloga que quiso ser periodista, ama lo que hace, por eso lo confiesa sin ambages: “Me retiro aquí. No me veo en otro lugar”.

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