Mucha leña verde para una serie gris

Mucha leña verde para una serie gris

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No descubrimos nada si decimos que el béisbol vivió el último mes, con la postemporada, las mejores emociones de una campaña con ma­tices grises en cuanto a asistencia de público a los estadios, estadísticas colectivas y entuertos increíbles con la pelota Teammate, entre otros te­mas. Pero la película terminó feliz, con un campeón verde-rojo como los Leñadores tuneros, quienes ganaron su cetro en el mismísimo estadio La­tinoamericano.

Las Tunas fue superior a Industriales en el Latino. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
Las Tunas fue superior a Industriales en el Latino. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Cuando hablamos de grisuras vale ilustrar una comparación con la 60 edición, hace apenas dos años y que tuvo también 75 juegos en la ronda clasificatoria. Pudiera pen­sarse que el pitcheo lo hizo mejor ahora al disminuir los promedios de bateo (de 296 a 288, las carreras anotadas (de 6 598 a 6 272), los jon­rones (de 796 a 626) o el promedio de carreras limpias (5,56 por 4,97) y los boletos repartidos (5 082 por 4 921).

Sin embargo, la interpretación es más amplia, pues la pelota con la que se jugó influyó muchísimos en estos números, dada la utilización de tres tipos de Teammate 190, 150 y 120, en tanto no se puede descartar que la manera en que se organizó el torneo, con cinco juegos consecuti­vos, también repercutiera. No obs­tante se dieron más pelotazos (72) y se cometieron más wild pitch (69).

En cuanto a la defensa, por vez primera en varios años bajamos del aceptable 970 que promediábamos por temporada. Ahora las pifias au­mentaron en más de un centenar y el promedio de 969 sí representa un mundo de carreras comparado con el 973 de par de años atrás. Ese aspecto costó victorias en play off y definió lugares. Los juegos vespertinos son un arma fatal para trabajar en ese sentido, que va más en concentra­ción que en calidad de terrenos.

En los aspectos que no van a los libros y definen triunfos se pudieran hacer distintas tesis de licenciatura o maestría: excesivos toques de bola, demoras o apresuramiento para sa­car un lanzador, mal corrido de las bases, poco dominio de algunos fun­damentos del ABC beisbolero, fabri­cación de carreras jugando al batazo e incorrectas ubicaciones en el cam­po ante cada bateador, etcétera.

Todo esto más las variables so­ciales que cruzan por la vida del cubano hicieron que el espectáculo se resintiera y solo hacia los play off viéramos estadios llenos. La motiva­ción de que los seis primeros avan­cen a la segunda Liga Élite también ayudó en la postemporada, así como quitar la cláusula de la repatriación.

 

Podios y aplausos

Exactamente a las 8:41 p.m. del 11 de agosto del 2023 se prendió la ho­guera de leña dorada en el Latino. El triunfo 6-1 de los Leñadores sobre Industriales los dejó con el título de la Serie, justo cuatro años, seis me­ses y 24 días después que levantaran su primera corona en el año 2019.

Muy superiores en todos los ór­denes de juego la tropa de Abeisy Pantoja (por cierto, decimotercer mentor que debuta siendo campeón) enseñó el mejor béisbol de la cam­paña y por eso merecían el cetro, levantado en una de las ceremonias más vistosas y atractivas de los últi­mos años, con luces, trofeos hermo­sos, confetis, música y escenografía de lujo (ojalá perdure).

Para Industriales el más recon­fortante de los abrazos. Luego de 11 años volvieron a repletar el Coloso del Cerro en un final. Pero sus fuer­zas no les alcanzaban para derrotar a los tuneros. Varios jugadores su­bieron al estrado de premiaciones llorando (Frank Herrera, Rafael Perdomo y otros que sus lágrimas iban por dentro), y eso es vergüenza deportiva por una meta que aunque era superior a ellos, la soñaron y pe­learon hasta el out 27.

No podemos dejar de mencionar a Santiago de Cuba, también con un mánager principiante como Eddy Cajigal. Regresaron a un podio lue­go de 15 años de ausencia, enseña­ron unidad como equipo con pelote­ros jóvenes, pero muy talentosos, en tanto su cuerpo de pitcheo, guiado por dos veteranos como Danny Be­tancourt y Alberto Bicet, sorprendió con los mejores números en la etapa regular.

Finalmente, esta Serie Nacional no escapó a la problemática econó­mica del país. El esfuerzo de sus or­ganizadores fue inmenso y hay que escribirlo. Solo reiteramos que la pelota para los cubanos es más que un deporte y por eso todos los minis­terios e instituciones que tienen que ver con ella debieran sentir la pasión que durante este último mes hizo vi­brar a un país.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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