Reynaldo García, el bardo de los vinilos

Reynaldo García, el bardo de los vinilos

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Por Manuel Eduardo Jiménez Mendoza

“Salimos a la calle y todavía se escuchaba el tralk, tralk, tralk…”
Reynaldo García Blanco

 

Cada 12 de agosto, desde el año 2002, se celebra el Día internacional del disco de vinilo, en conmemoración de este acetato también conocido como disco microsurco o simplemente como microsurco o vinilo, que desde el año 1948 se introdujo en el mercado de los Estados Unidos por Columbia Records.

 

 

Recordar desde la poesía a los vinilos, un medio de almacenamiento analógico de señales sonoras que se caracteriza por tener un sonido cálido y completo, es una loable idea. De ahí que, adentrarse en el poemario Esto es un disco de vinilo donde hay canciones rusas para escuchar en inglés y viceversa, del poeta y ensayista espirituano Reynaldo García Blanco (Yaguajay, Sancti Spiritus, 1962) —con el que obtuvo el Premio Casa de las Américas en el año 2017—, es una forma de excusarnos para esta celebración del surgimiento de una placa que devino evolución muy mejorada de los anteriores discos de 78 rpm, fabricados con un material mucho más frágil como la goma laca.

El texto no es más que definiciones del autor, su expresión ante temas históricos que requieren, para el lector, una amalgama de conocimientos, pues García Blanco logra trascender las barreras de la filosofía, la historia, la sátira…

Esto es un disco de vinilo… posee, desde una perspectiva visual, una factura enriquecedora donde emplea tanto versos libres como prosas, para transmitir en poesía, historias de vida, que pudieran ser ficticias o reales, pero el poeta magistralmente alcanza a ceder las fronteras y convierte, por ejemplo, a Frida Kahlo y León Trotsky bebiendo tequila bajo el cielo de México.

Como si fuera realmente un disco de vinilo se secciona en dos partes. Tal cual los redondeles de antaño, este cuaderno posee Cara A y Cara B. Cada sección termina con un texto emblemático al título, y los apartados poseen 19 poemas que bien pudieran ser canciones del disco.

 

 

La primera parte (o cara A) cierra con Canción rusa para escuchar en inglés y, a juicio de quien suscribe estas líneas, es la mayor definición del poeta. En este poema Reynaldo habla de casualidades históricas y de la patria: para el también autor de El cansancio nacional, las banderas son un espacio-tiempo donde refugiarse, quitando a un lado los sinsabores de la vida y la política en sí.

 

Canción Rusa para escuchar en inglés

Si por alguna casualidad histórica
No prevista por Carlos Marx o Antonio Gramsci
Los americanos se apoderan de Cuba
Iré al Ten Cent más cercano para comprar
Cien metros de tela blanca
Cien metros de tela azul
Cien metros de tela roja
Y en Sam Walton de Arkansas
Mandaré a hacer cientos de banderitas
Para poner en la puerta de cada McDonal.
Si por esas casualidades de la vida o la historia
No prevista por Charlie Marx o Tony Gramsci
Estas banderitas no alcanzaran
Volveré al Ten Cent más cercano
Para comprar cien metros de tela blanca
Cien metros de tela azul
Cien metros de tela roja.
Zenkiu

Este es un disco de vinilo… es un libro provechoso. Sus versos hablan del ayer y del hoy como si la vida fuera una sola y la poesía lograra agrupar cada espacio: “Voy al mercado / Al estante de los líquidos / Me detengo a leer con cierta ironía / La etiqueta del vodka nacional / Me palpo el bolsillo/ Y apenas alcanza para migajas”.

La segunda parte del libro (o cara B) termina con el poema Canción en inglés para escuchar en ruso y estos versos, dedicado a Noel Pérez, tienen matices de vivencias personales. Con un juego de nombres rusos y usando a los perros como pretexto, la lírica de Reynaldo se adentra en un punto del libro donde imputa, tal cual su padre, a cierto personaje: la perra Laika y la muerte de este can espacial soviético que se convirtió en el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra.

 

Canción en inglés para escuchar en ruso

A Noel Pérez
El día que unos extraterrestres rescataron a la perra Laika
Mi padre se puso muy contento.
Me tomó de la mano
Y desde el patio me describió
Cómo era el cielo de noviembre de 1957.
Desde entonces
Todos nuestros perros han tenido nombres rusos:
Moscú, Mashenka, Sputik, Mayakovski, Evtushenko,
/ Gorbachov.
Pero mira eso.
Nunca hemos tenido el valor de llamar a uno de nuestros
/ perros Laika.
A mi padre se le partía el corazón saber que pesaba menos
/ de seis kilos y no sobrepasaba los treinta y cinco
/ centímetros de altura.
Dicen que Laika tenía el carácter reposado y facilidad de
/ aprendizaje. Dicen que murió de calor y pánico.
Y eso, eso nunca lo perdonó mi padre ni a Dios ni a Nikita
/ Jruschov.
Spasiva.

 

Buena oportunidad son estos días para acercarse a textos de facturas tan exquisitas como los de Reynaldo García, quien ha publicado, entre otros libros, Larguísimo elogio (1990); Abaixar las velas (1991); Perros blancos de la aurora (1994); Adiós naves de Tarsis (1995); Artefactos (2002) …

El también poeta, narrador y promotor cultural, Arístides Vega Chapú (Santa Clara, 1962), en su crónica Los sucesivos días, publicada en Facebook el 22 de febrero del año 2018, logró captar la esencia de este poeta cuando expresó: “y por ese don de decir sus excelentes y conmovedores poemas como el mejor recitador”

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