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Cumbre Celac-UE: La extrema derecha fracasó

Por: Osvaldo Rodríguez Martínez, especial para Trabajadores

El balance de la recién concluida III Cumbre Celac-UE fue favorable a Cuba y Argentina por el apoyo tácito en la declaración final al rechazo al bloqueo de Estados Unidos a la isla caribeña y la incorporación a la lista de países que no combaten el terrorismo y el reconocimiento de la ocupación colonial de Las Malvinas.

“En relación con la Resolución A/77/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), de 3 de noviembre de 2022, sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, recordamos nuestra oposición a las disposiciones legales y reglamentarias con efecto extraterritorial. La designación de nuevo de Cuba como Estado promotor del terrorismo y su mantenimiento en la lista han interpuesto obstáculos a las transacciones financieras internacionales con la isla.”

Así quedó consignado en el documento, el cual también aseguró que la Unión Europea (UE) “tomó nota” de la “posición histórica” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) sobre el asunto de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, “basada en la importancia del diálogo y el respeto del Derecho internacional en la solución pacífica de controversias.”

En el acuerdo firmado por 59 de los 60 países asistentes, ratificó la adhesión a la Carta de la ONU, en particular la igualdad soberana de todos los Estados y el respeto de su integridad territorial eindependencia política.

Nicaragua fue el único gobierno que no firmó la declaración porque “Europa debe tener presente y respetar que ya no somos colonia de ninguna potencia, somos países libres, independientes, soberanos, con dignidad de patria, identidad y libertad”, declaró el canciller nicaragüense, Denis Moncada.

La UE “ha roto todos los procedimientos y mecanismos establecidos por los organismos democráticos” y pa por encima de las reglas que fundamentan el funcionamiento de cada entidad, reiteró en referencia a denuncias previas de manipulación en el borrador de la “Declaratoria de Consenso de la Cumbre UE-Celac 2023”.

Ucrania, epicentro del conflicto

El epicentro de las contradicciones sobre el texto fue la forma de expresar el tema de la guerra en Ucrania, pues la UE forzó una “condena a Rusia” hasta el punto que trascendió la posibilidad de incluirla frente al rechazo firme de Cuba, Venezuela, Brasil y Nicaragua, entre otras naciones.

Al final, lo aprobado al respecto quedó así:

“Expresamos nuestra profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando debilidades ya existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento, aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, incrementando la inseguridad energética y alimentaria e intensificando los riesgos para la estabilidad financiera.

“En este sentido, apoyamos la necesidad de una paz justa y duradera. Reiteramos igualmente nuestro apoyo a la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro y a la labor realizada por el secretario general de las Naciones Unidas para lograr su prórroga. Respaldamos todos los esfuerzos diplomáticos que busquen lograr una paz justa y sostenible en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.”

La frase “guerra en curso contra Ucrania”, en lugar de “guerra en curso en Ucrania”, fue la fórmula salomónica aceptada por la mayoría y salvó a los anfitriones del anunciado fracaso si continuaban en buscar consenso contra Rusia, país que ni siquiera fue nombrado en el documento.

Centrarse en un tema técnicamente fuera del encuentro birregional opacó otros acuerdos como la promesa de la UE de invertir 45 mil millones de euros en Latinoamérica y el Caribe en los próximos años, propuestas de acciones para paliar las consecuencias del cambio climático, apoyo al diálogo entre el gobierno legítimo de Venezuela y la oposición, respaldo a los acuerdos de paz en Colombia, y la preocupación por el deterioro de la seguridad pública en Haití.

La furia de la ultraderecha

Lo acordado, diametralmente opuesto a los intereses de la ultraderecha europea y estadounidense, provocó la furia de sus voceros que, desde Madrid, Miami y alguna capital latinoamericana,estallaron en cólera en medios de prensa con todo tipo de valoraciones lastimeras e incluso improperios contra la UE.

Algunos titulares fueron: “La Cumbre UE-Celac cierra con un resultado agridulce”, “La cumbre UE-Celac cerró con una trabajosa declaración final, que exhibió las diferencias en temas clave”, “Los dictadores ganaron por goleada”, La cumbre UE-Celac salvaguardó los intereses de los gobiernos autoritarios, dice partido antichavista” y no faltaron trasnochados que hasta vieron en el texto una “condena” a Rusia.

Para la llamada “gran prensa”, la Cumbre de los Pueblos no existió, y menos aún sus posiciones en función del desarrollo de los países, como tampoco la cita paralela en defensa de la Naturaleza donde asistieron más de 450 organizaciones y movimientos de Latinoamérica, el Caribe y Europa.

Una enseñanza para las autoridades europeas resalta en los resultados de la reunión de Bruselas, Bélgica, los días 17 y 18 de julio: las relaciones UE-Latinoamérica y Caribe evolucionaron hacia un diálogo de iguales, con el mensaje explícito que la subordinación quedó en el pasado colonial.

De lo anterior dejó testimonio escrito la declaración final: “Reafirmamos que colaborando como socios soberanos somos más fuertes y estamos mejor situados para afrontar las numerosas crisis y múltiples desafíos de nuestra época.”

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