Cargando...En el marco de la celebración del Aniversario 65 de la constitución del Frente Guerrillero de Pinar del Río, se otorgó la máxima distinción que conceden los órganos del Poder Popular de la provincia, el Escudo Pinareño, al Comandante del Ejército Rebelde, Delio Gómez Ochoa.
Yamilé Ramos Cordero, integrante del Comité Central y primera secretaria del Partido en el territorio y Eumelín González Sánchez, gobernador, hicieron la entrega en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en La Habana.
Participaron en la ceremonia representantes de organizaciones como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), de la Enseñanza Media (FEEM) y la Asociación Hermanos Saiz (AHS), además de funcionarios del Partido y el Gobierno en Pinar del Río.
El nonagenario combatiente, afirmó estar emocionado y dijo que más que agradecer el reconocimiento, ratificaba la decisión que tomó de luchar toda su vida por la Cuba que soñó Martí e instó a los jóvenes a ser continuadores de esa batalla.
Gómez Ochoa, oriundo de Holguín fue fundador del Movimiento 26 de Julio. En 1957 se unió a la guerrilla en la Sierra Maestra, siendo segundo jefe de la Columna 1, bajo el mando de Fidel Castro, quien el cinco de mayo de 1958 lo designó: Delegado Nacional de Acción, desde el centro hasta el occidente del país.
En ese retorno a la lucha clandestina en las ciudades logra aunar las voluntades e impulsar la creación del Frente Guerrillero de Pinar del Río, el 26 de julio de 1958, por ello se le considera como el padre de esta fuerza.
En septiembre volvió a la Sierra Maestra y retomó el mando del IV Frente Oriental «Simón Bolívar», el que había fundado poco antes de partir a cumplir la encomienda de revitalizar la lucha en el occidente, tras el fracaso de la huelga del 9 de abril.
Al triunfo en enero de 1959, tomó el mando del Regimiento de Holguín hasta el 23 de febrero del mismo año.
Estuvo entre los cubanos que se sumaron a la lucha de los dominicanos contra Trujillo, fue hecho prisionero y sufrió salvajes torturas que le dejaron lesiones permanentes y pérdida parcial de la audición, en ese país es considerado un «Héroe Nacional».
Retornó a Cuba el 9 de junio de 1961, desempeñó diversas funciones hasta su retiro y en 1998, publicó el libro «La victoria de los caídos», sobre sus experiencias; el también doctor en Ciencias Sociales y licenciado en Derecho Público ha recibido numerosas distinciones y reconocimientos, a los que se suma el Escudo Pinareño.
