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El baloncesto cubano y un «castigo» fuera de lugar

Hace tan solo unos días se hizo noticia por varios medios de comunicación y redes sociales la cancelación por parte de Cuba de su participación en una serie de topes de baloncesto con su similar de México en territorio azteca.

La selección cubana en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe. Foto: FIBA

La Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol (ADEMEBA) lo publicó en sus medios y no fue hasta este domingo 16 de julio que lo hizo la Dirección de Alto Rendimiento del INDER a través de la cuenta en Twitter del organismo, en la que intentó explicar las razones por las cuales el equipo nacional, a última hora, no asistió al tope. Los argumentos que se esgrimieron en la escueta nota dejan mucho que desear.

Según lo expuesto, se decidió que por incumplir los objetivos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, «a la selección cubana de baloncesto (m) no le reportaría ningún beneficio enfrentar de inmediato a la de México, que se prepara para el certamen mundial», lo cual, en primer lugar, denota una gran falta de seriedad para con los organizadores de los topes y demuestra la incapacidad para afrontar de manera elegante este tipo de situaciones.

As México refiere que en el comunicado de prensa de la selección azteca se explica que la Presidenta de la Federación Cubana, Dalia Henry, comunicó que Cuba no asistiría por “cuestiones internas y reestructuración deportiva”, lo que se contradice con el primer argumento dado en el pronunciamiento publicado en Jit este domingo. Que se reconozca sin tapujos que esos partidos no reportan a Cuba ningún beneficio no deja bien parado a nadie.

Por otra parte, si bien es cierto que la estancia en México no resolvería las deficiencias puestas de manifiesto en la lid regional, el «castigo» de no asistir tampoco lo hará y por otro lado privará a los atletas de una mejor preparación, alimentación, motivación y fogueo internacional contra un equipo de nivel.

Además, ¿por qué “castigar” al baloncesto como si hubiera sido la única disciplina que no cumplió en San Salvador? ¿Acaso se desconocen las condiciones en que se prepara el equipo nacional o lo tarde que se incorporan al grupo los atletas que juegan en ligas extranjeras? ¿Por qué demoran en llegar a la concentración determinadas figuras? ¿Se ignoran las mediaciones que existen a la hora de conformar los equipos?

Todas las respuestas a esas preguntas se saben, pero la falta de transparencia y el secretismo se han impuesto una y otra vez, y por eso aún no sabemos, por ejemplo, que sucede alrededor de temas polémicos como la convocatoria del base Reynaldo García.

Nada justifica declinar una invitación a jugar contra un rival del calibre de México, con todos los gastos pagos según confirmaron a este medio tres fuentes del equipo nacional, y con un preolímpico a la vuelta de la esquina.

A pesar de todo esto, la decisión fue tomada sin tener en cuenta que esa selección a la que “castigan” ahora es la misma a la que, mientras se preparaba en el Cerro Pelado para los juegos regionales, no se le pudieron ni siquiera garantizar las mínimas condiciones materiales para el entrenamiento.

Igualmente, muestra cierta desconsideración con muchos de los atletas, porque algunos de los que ahora salieron perjudicados son los mismos que pasaron un sinnúmero de tragos amargos para jugar en una funesta edición de la Liga Superior de Baloncesto.

Es cierto que el básquet cubano necesita cambios, los pide a gritos, pero no por incumplir el pronóstico en San Salvador. Los pide a gritos hace años por disímiles causas que se han ido acumulando. La citada nota del Inder afirma que «es momento de analizar al detalle», pero no parece sensato reestructurar cuando aún no ha acabado el ciclo de competición. Hubiera sido más coherente aprovechar la oportunidad ante los mexicanos y analizar luego del preolímpico, pues como dice un popular refrán: “quien espera lo mucho, espera lo poco”.

Esta decisión puede crear un precedente nefasto para la Federación Cubana de Baloncesto, pues ahora otras federaciones se lo pensarán dos veces a la hora de hacer una invitación, al tiempo que este tipo de actuación puede incluso generarles dudas a clubes extranjeros que se interesen en jugadores cubanos… El chiste se cuenta solo, tampoco encestamos desde fuera de la cancha.

 

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