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En prever está el arte de salvar

La vida transcurre en la cotidianidad; sin embargo, un enemigo acecha en las destilerías de los centrales azucareros, que en Cuba constituyen uno de los tres organismos con mayor potencial de incendios, por el poder energético de sus producciones.

Alejarse del fuego, primera respuesta a la alarma.

Esa es la razón por la cual los directivos del Grupo Empresarial Azucarero no limitan los ejercicios, capacitaciones y análisis sobre los riesgos a la Jornada Nacional contra Incendios, que fue muy activa, (coincidió con Meteoro) sino que prolongan esas actividades para evitar daños humanos, materiales y a la economía, porque como dijera José Martí “En prever está todo el arte de salvar”.

Según explicó Julio Andrés García, presidente de AzCuba durante el taller contra incendios, realizado en el central Héctor Molina, de Mayabeque, hasta noviembre tienen previsto realizar talleres por ramas, es decir, sobre el convenio con el Cuerpo de Bomberos, los riesgos en caña, ingenios y destilerías.

El objetivo es fortalecer la gestión administrativa en prevención y seguridad, mejorando el estado físico de las instalaciones y la preparación, así como el sentimiento de pertenencia de los trabajadores para enfrentar las contingencias.

Al intercambiar con directivos, técnicos y trabajadores, el presidente de AzCuba aseguró que “detrás de un incendio hay negligencia o indisciplina” y citó hechos ocurridos en el sector a causa de “una colilla tirada en un cesto, que provocó un incendio de grandes proporciones, y la caña quemada (no se pudo aprovechar) con daños superiores a los 400 millones de pesos en la zafra reciente. “Tenemos que revertir esa situación”, instó Julio García. “Todas las destilerías de AzCuba tienen el levantamiento de los riegos, el problema gravita en incumplimientos o en hechos delictivos, que pueden enfrentarse con la actuación de los trabajadores”.

Queda mucho por hacer

Varios especialistas expresaron las insatisfacciones por cuanto han realizado. Antonio León Mursulí, director de Capital Humano de AzCubaafirmó que en el 94 % de los incidentes se detectan problemas organizativos, y 347 de las 700 violaciones informadas ocurren en el ámbito de la salud y seguridad de los trabajadores, según una inspección de la ONIT.

Hombres capacitados enfrían los tanques de vapor y extinguen el fuego.

Diané Rodríguez, de Derivados Arquímedes Colina, de Granma, aconsejó utilizar bien los recursos disponibles, que los trabajadores estén aptos para enfrentar alguna contingencia y refirió la necesidad de contar con las estructuras contra descargas eléctricas, el uso de los medios de protección (incompletos en su centro), aunque los obreros están conscientes de los riegos.

El Teniente Coronel José Cardentey Botet, segundo jefe del Departamento Nacional del Cuerpo de Bomberos de Cuba elogió los resultados, la continuidad de las labores y la capacitación para prevenir alguno de los incidentes referidos, así como la disposición de afianzar los convenios y relaciones de trabajo con AzCuba.

Después del incendio

El aviso de ¡Fuegoooo! y el repique contra el hierro hizo que cada hombre asegurara (en lo posible) su puesto o tarea a cumplir y saliera de la destilería. El atuendo (casco y chaleco fosforescente) distinguía a los trabajadores, quienes “se contaban como pollitos” para asegurar que ninguno quedara en el área de peligro.

El cambio de actuación del colectivo de la Empresa Agroindustrial Azucarera Héctor Molina, donde han transformado la destilería para producir ron, alcoholes y licores a partir de meladura, los convirtió en escenario para los ejercicios de la jornada contra incendios.

La entidad, donde han ido completando la estructura para la salvaguarda de medios y hombres, tiene contrato con el Instituto de Proyectos Azucareros (Iproyaz) para perfeccionar y fiscalizar la seguridad de la instalación (a lo que deben aspirar sus similares),  informó Ismael López Suárez, director de Capital Humano de la empresa.

Hoy, los cambios en el central más problemático que tenía AzCuba, lo convierten en ejemplo de cuánto puede hacerse en cualquiera de los campos de actuación de un colectivo laboral. Y siguen soñando en grande, porque en cualquier área productiva, prevenir es salvar.

 

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