Icono del sitio Trabajadores

La gente de Frank Upierre: Un espacio artístico-literario de la habanera Villa de Pepe Antonio

Fue sin duda un alegre reencuentro con poetas hermanos: Visité por primera vez la Peña La gente mía, que se realiza el tercer sábado de cada mes en la cafetería Las Cadenas, en la capitalina ciudad de Guanabacoa.

Fotos tomadas del perfil de Facebook de Frank Upierre

Un espacio animado por un escritor de rigor y alta emotividad, quien es además trovadorjacarandoso capaz de mantener en vilo a un público entre boleros y guarachas, moviéndose con su guitarra y su voz de mesa en mesa, sin descuidar algunos momentos en que cede la escena a otros creadores, a los cuales invita y acompaña musicalmente.

Con los apuntados ingredientes está claro que la gente de Frank no son otra cosa que gente de Cuba, como somos, protagonistas y amantes de nuestra idiosincrasia.

La Peña La gente mía fue fundada y es conducida por el poeta y trovador Frank Upierre Casellas, el más lírico de los bardos que integramos el Grupo Ala Décima, tal como lo definió el vicepresidente de la agrupación, Modesto Caballero Ramos. Frank es, además, uno de los poetas adelantados del actual proceso de revitalización de la décima —iniciado a fines de los años 80 y principios de los 90—, con poemarios como Está lloviendo en La Habana(México, 1991), Bajo la calma y el sueño (1993) y Tablero de Ifá (1994). Fue el ganador de la segunda edición del Premio Ala Décima (2002), con su cuaderno La identidad del espejo.

Uno de los poetas que secundan fielmente a Frank en este empeño es Giraldo Segura Riquenes, también integrante de la colectividad aladecimera, a la cual se integró junto con Upierre en el 2002. De experiencia por igual en la literatura escrita y en el repentismo, vale recordar su libro En el nombre del padre, Premio de Poesía Pinos Nuevos y publicado por Letras Cubanas en 1997.Curiosamente, su dualidad de desempeños en las dos vertientes de la estrofa de diez versos no le impide una proyección escrita no contaminada por la oralidad, y de eso dio fe una vez más al conquistar el Premio Ala Décima en su primera edición (2001) con su conjunto Mi carne cruda.

Dicho esto sobre ellos, ya podrá el lector comprender por qué, cuando Frank me llamó para decir un poema, mis primeras palabras fueron para asegurar que el Grupo Ala Décima se enorgullece de tenerlos a ambos entre sus integrantes.

El encuentro del sábado 17 en La gente mía tuvo, entre sus varios momentos, uno muy significativo a mi modo de ver. Giraldo había invitado a otro escritor, José Ramón Rodríguez Espinosa, quien viene haciendo sus pininos como improvisador, a hacer allí su debut como repentista, y la controversia de ambos resultó intercambio fraternal muy bien llevado, a pesar de la diferencia entre uno y otro en cuanto a entrenamiento en esta difícil disciplina de la oralidad decimística. Un brevísimo fragmento puede verse en Facebook.

José Ramón Rodríguez Espinosa, poeta asiduo a los espacios de Ala Décimadesde que comenzó a frecuentar la Peña de Luis y Péglez (fundada en 1993 y culminada en el 2018), se ha destacado en los últimos años por sus avances en la escritura poética, en especial la facturada en la llamada estrofa nacional, lo cual le ha valido premios en los Encuentros-Debates de talleres literarios y otros certámenes, en los municipios de La Habana del Este, Regla y Guanabacoa, así como en el concurso nacional Ala Décima.

Por mi parte, cuando el anfitrión me pidió versos, intenté retribuir tanta fraternidad como pude, humildemente, con mi poema Para un retrato de Yazmina.

 

 

 

 

 

Compartir...
Salir de la versión móvil