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Cítricos Arimao y el imperio del chile habanero

Ya durante el pasado año, la Empresa Cítricos Arimao, de Cienfuegos, llegó a producir más de 45 toneladas (t) de chile habanero (ají picante) con destino al mercado foráneo, para posicionarse así como el segundo polo exportador de este rubro en Cuba, solo antecedido por la Agroindustrial Ceballos, de Ciego de Ávila.

 

El beneficio del chile habanero resulta fundamental de cara a la exportación. Foto: Roberto Alfonso Lara

Este 2023, casi a la altura del mes de julio, “las producciones rebasan las 30 t, a partir de su diversificación en cultivos protegidos, semiprotegidos y a cielo abierto, con la incorporación de varios campesinos de la provincia”, afirmó Isec Tellería Abreus, director adjunto de la entidad.

Allí, de las 23 casas de cultivo existentes, cinco se dedican al ají picante, especialmente por su alta demanda en naciones como Francia, España, Inglaterra, Holanda y Canadá.

 

De las 23 casas de cultivo de Cítricos Arimao, cinco se dedican al ají picante y el resto a otras hortalizas. Foto: Roberto Alfonso Lara

“En la actual época del año —comentó José Ramón Guevara León, productor—, donde mejor se desarrolla es bajo techo, sino la lluvia lo afecta mucho. Nosotros organizamos una cosecha por semana para garantizar los envíos; con ese fin trabajamos de forma permanente y estable”.

Ahora en el inicio de la cosecha, una casa de cultivo rinde alrededor de 16 cajas de chile habanero por día, lo cual representa cerca de 3,2 t.

Según Raúl Cuevas Enrique, quien atiende la tecnología de los cultivos tapados en Cítricos Arimao desde 1998, en una casa se siembran hasta mil 300 plantas de ají picante. “Hoy, por ejemplo —dijo—, recogimos en una de ellas catorce cajas, siete maduros, y la misma cantidad de verde”.

La variedad roja resulta la más acopiada por esta empresa agrícola de Cienfuegos, localizada en el municipio montañoso de Cumanayagua. Sin embargo, para el exigente mercado inglés fusionan el maduro, el pintón y el verde rayón.

“Ello nos ofrece la posibilidad de lograr un mayor porcentaje de aprovechamiento, pues con la introducción del fruto verde, por pedido del cliente, se explota toda la plantación, aumenta el rendimiento y los productores obtienen mejores ganancias”, aseguró Tellería Abreus.

 

La empresa organiza cada semana una cosecha de ají picante para asegurar los envíos al exterior. Foto: Roberto Alfonso Lara

El ciclo de exportación del chile habanero contempla el proceso de beneficio, tarea que en Cítricos Arimao es asumida por mujeres, quienes trabajan en ocasiones hasta altas horas de la madrugada, ya cuando los carros salen rumbo a La Habana cargados con el producto.

“Tenemos horario de entrada, pero no de salida. Hay días que terminamos aquí muy tarde; eso depende de la cantidad de ají que entre, generalmente entre 20 y 80 cajas”, sostuvo Yulie Sánchez Aguiar, comercializadora.

El ají picante conforma, junto al mango y el carbón vegetal, la tríada de rubros exportables consolidados de la Empresa Cítricos Arimao, cuya facturación mediante el comercio exterior oscila cada año entre los ocho y 15 millones de pesos.

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