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Che Guevara: inspiración y continuidad comprometida

Para el Guerrillero Heroico, todo joven comunista debe ser esencialmente humano y ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano

 

En su quehacer revolucionario y político el Comandante Ernesto Che Guevara tuvo muy presente el rol protagónico de los jóvenes en la edificación de la sociedad socialista.

 

Discurso de Che Guevara en el Ministerio de Industrias, en el Seminario “La juventud y la Revolución”. 9 de mayo de 1964. Foto: Tomada de Cubarte

 

A las nuevas generaciones de cubanos y cubanas les convocaba  a asumir una posición de vanguardia en todas las esferas de la vida económica y social para contribuir así al rápido desarrollo del país.

Desde su prédica educativa a través de discursos en diferentes contextos, cartas y artículos periodísticos, el Guerrillero Heroico  exponía la necesidad de comentarles a los jóvenes sobre esfuerzos y afanes, «de cómo, sin embargo, muchos de ellos se rompen ante la realidad diaria y cómo hay que volver a iniciarlos»

No les hablaba sobre asuntos sencillos, sino medulares y complejos temas ineludibles en el camino de una revolución tales como la ejemplaridad, la superación cultural y profesional, la ética y el internacionalismo. Para el Che, la juventud debía caracterizarse por ser alegre, pero profunda a la vez.

Consecuente con el humanismo que lo distinguía, a los militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas les instaba a «ser esencialmente humano, y ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano, que se purifique lo mejor del hombre a través del trabajo, del estudio, del ejercicio de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo…”

El Che patentizó, además, su criterio acerca de las principales características que debían tener los militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas cuando sentenció:

“Yo creo que lo primero que debe caracterizar a un joven comunista   es el honor que siente por ser joven comunista”. Al mismo tiempo, puntualizaba que debe plantearse ser el primero en todo, con un gran sentido del deber, espíritu inconforme cada vez que algo sale mal, sensibilidad ante todos los problemas y frente a la injusticia.

Fue esta una de las tantas enseñanzas en las cuales nos dejó su impronta. Enarbolar el ideario y la obra del inolvidable Comandante a 95 años de su natalicio este 14 de junio, constituye inspiración y continuidad para hacerlo cercano desde el día a día y hacia el mañana.

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