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La poesía tendrá academia en Granma

La primera filial de la Escuela Nacional de Poesía, en Cuba, se estrena en la ciudad de Bayamo bajo el nombre del bardo José Joaquín Palma, y cuenta con la tutela del Ministerio de Cultura y el auspicio del Movimiento Poético Mundial, que busca ubicar a nuestro país en un lugar predominante dentro de esa especialidad, al decir de muchos, hecha realidad por los soñadores.

Los talleres de poesía dedican hoy en Granma sus sesiones a la figura del Héroe Nacional, José Martí, al cumplirse este año el aniversario 170 de su natalicio. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Alexeys Mendoza

En Granma, por su parte, este inmenso logro será tomado de la mano por las entidades afines que integran la Dirección Provincial de Cultura, como el Centro de Casas de Cultura y el del Libro y la Literatura, con un fuerte movimiento vinculado a la poesía, además de la representación aquí de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC.

Para ser sede permanente de la institución se escogió la Casa de la Cultura 20 de Octubre, una instalación icónica dentro de la creación artística y literaria que despunta por sus talleres para los diferentes grupos etarios con reconocidos resultados a las diferentes instancias.

De acuerdo con Elizabeth Sánchez Leyva, directora del CPCC, existen en la provincia 28 planteles de este tipo con 168 integrantes,  distribuidos en todos los municipios de esta suroriental provincia, por lo que establecer una academia para la enseñanza y apreciación de la poesía significa un gran acierto.

Por su parte Lourdes Ferrera González, subdirectora de la Dirección Provincial de Cultura, dijo que se determinó oficializar la filial de la Escuela Nacional de Poesía para el mes de junio, aunque ya se realizan acciones dedicadas al Apóstol Cubano, José Martí, al cumplirse este año 170 años de su natalicio.

Periodista, poeta y escritor fue el patricio bayamés José Joaquín Palma, uno de los que abrazaron la idea de independencia en esta tierra por donde iniciaron las luchas por esa causa.

A raíz de su intensa actividad revolucionaria fue obligado al exilio en Guatemala, patria a la que dedicó gran parte de su obra tanto profesional como literaria, incluyendo su Himno Nacional. En la capital de ese país murió el 2 de agosto de 1911, momento en el que era considerado una gran personalidad dentro del quehacer político y literario.

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