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UCRANIA: Monjes en peligro de expulsión

En la segunda semana de marzo los monjes ucranianos recibieron un ultimátum de su Gobierno que les exigía “abandonar el Parque Nacional Monasterio de las Cuevas de Kiev antes del día 29”, por decisión de un grupo de trabajo y del Ministerio de Cultura.

 

 

El grupo fue creado por un decreto del presidente Zelenski, que aprobaba la decisión del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, de “prohibir las actividades religiosas afiliadas a los centros de influencia de la Federación Rusa”.

 

 

La situación no es nueva, ya que desde el pasado otoño los religiosos viven presionados, con registros de templos en búsqueda de supuestas actividades anti-ucranianas, hasta que la administración del parque informó, «sin explicaciones, de la ruptura del acuerdo de alquiler».

Ante tal situación, el Patriarca Kiril, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, llamó a los líderes religiosos y representantes de organizaciones internacionales, pidiéndoles que «hagan todo lo posible« para impedir la expulsión de los monjes y denunció que el «ultimátum» de las autoridades «llama la atención por su insuficiente razonamiento jurídico«.

«Es lamentable que mientras los dirigentes estatales de Ucrania declaran su compromiso con las normas democráticas, la vía europea de desarrollo y el respeto de los derechos humanos y las libertades, estos derechos y libertades estén siendo pisoteados hoy de la manera más flagrante«, subrayó el patriarca ruso.

 

Zelenski apuesta por la expulsión de los monjes

El Monasterio de las Cuevas de Kiev, que data del año 1051, durante el reinado de Yaroslav el Sabio, es uno de los más antiguos de Ucrania. Se le considera como uno de los lugares más destacados de la religión ortodoxa oriental. En 1990 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con la Catedral de Santa Sofía.

 

 

Se encuentra en un área de colinas boscosas, cerca de la orilla occidental del río Dniéper. El recinto tiene una superficie de 28 hectáreas y está rodeado por murallas. Se divide en dos zonas: baja y alta.  Ambas albergan varios edificios de importancia religioso-cultural: iglesias, monasterios, museos, así como las antiguas cuevas de los monjes que conforman el núcleo histórico del complejo.

En reciente video-mensaje diario a la nación, Zelenski avaló los planes de expulsión de los monjes, indicando que existe un «movimiento» en Ucrania para reforzar su «independencia espiritual». «No permitiremos que el Estado terrorista, así llama a Rusia, tenga la menor oportunidad de manipular la espiritualidad de nuestro pueblo, de destruir los santuarios ucranianos o de robar de ellos cualquier objeto de valor», aseveró.

 

“No tenemos la intención de mudarnos”

Los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kiev de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, considerada como parte autónoma del Patriarcado de Moscú, no accederán a la exigencia de las autoridades ucranianas de abandonar las instalaciones del convento, su sede principal. Así lo declaró el metropolita Pavel, en un video-mensaje publicado en el canal de YouTube.

 

 

«No tenemos la intención de mudarnos y no lo haremos, porque ahora hay leyes que están al lado de las personas. Nos amenazan con reprimirnos. Hoy existe la comunidad internacional, hay cierta cultura”.

Asimismo, el jefe de la Lavra, como se conoce este tipo de monasterios con cuevas para ermitaños, recordó que los monjes no son «colaboracionistas», sino «ciudadanos de su país» que viven allí desde 1988.

Muchos no tienen otro lugar a donde ir» y señaló que desalojar a los monjes «en 10 días, así sin más» es un acto fuerza de la ley, al tiempo que expresó su confianza en que los feligreses no permitirán que este escenario se haga realidad.

Falta por ver si el llamado hecho por el Patriarca Kiril es escuchado por las autoridades y las instituciones religiosas y culturales internacionales y que sea capaz de evitar la expulsión de los monjes de ese lugar sagrado para su religión.

Para algunos observadores la ruso-fobia imperante en Ucrania, desde mucho antes del inicio de la operación militar especial rusa, se impondrá, mucho más cuando el tema no es de importancia para Estados Unidos, la Alianza Atlántica y la Unión Europea, preocupados y ocupados por la continuidad de la guerra.

A solo unas horas para ser desalojados, la Oficina del Alto Comisionado de la Onu para los derechos humanos destacó su preocupación por la aplicación de tal medida en contra de la institución religiosa.

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