Icono del sitio Trabajadores

LA GUAGUA: Los trabajadores vs Bloqueo Interno: enemigo sutil y sombrío

Cumplimos la promesa al volver a tratar sobre el folleto desclasificado por la CIA «Manual de campo de sabotaje simple», cuyo contenido puede guiar los planes de trabajo de las secciones sindicales y de cada afiliado para romper el Bloqueo Interno.

Si el movimiento obrero cubano toma ese documento como base del análisis, podrá ahorrarse una buena parte del tiempo que suele dedicar a los diagnósticos, lo cual no quiere decir que no se haga, sino que podrá realizarlo con más facilidad y en menos horas.

Para acceder a tal folleto de 32 páginas solo hay que entrar al sitio web de la CIA y, como se dice popularmente: “virarlo al revés”, es decir, que donde diga que se haga algo, interpretar que es no hacerlo, y cuando indiquen el procedimiento a seguir, evitar que ocurra por acción consciente o inconsciente.

Todo cuanto pide hacer la entidad de inteligencia de los Estados Unidos está dirigido a provocar ineficacia e ineficiencia, lo cual se traduce en trabas que los colectivos laborales suelen llamar Bloqueo Interno que les impide producir más y mejor.

El bloqueo económico, comercial y financiero debe ser tomado en consideración a fin de tener conciencia de cómo son el momento y el lugar, pero más allá es innecesario mencionarlo salvo que sea para denunciarlo, condenarlo y exigir que lo levanten por ser criminal.

Quitarlo no depende de las acciones sindicales, sin embargo, los afiliados sí pueden estudiar sus medidas, valorar sus posibles efectos de acuerdo con la experiencia de tantos años, y aplicar contramedidas para reducir o neutralizar sus efectos.

En La Guagua anterior trajimos a bordo partes del documento elaborado por servicios secretos que daban instrucciones para debilitar a los enemigos al privarlos de una herramienta de trabajos y dirección imprescindible, esencial, como son las reuniones.

Durante el trayecto de hoy, abordaremos otro aspecto donde puede estar la mano enemiga, pero también hay ocasiones en que inconscientemente los propios trabajadores nos autosaboteamos, lo cual contribuye a incrementar los daños del bloqueo que impone el gobierno de los Estados Unidos.

La precursora de la CIA (la Oficina de Servicios Estratégicos de EEUU) creó en 1944 una guía para sabotear economías, pero es recomendable que un sindicalizado, antes de lanzarse a la búsqueda de un agente enemigo, se pregunte primero si no estará él mismo creando obstáculos que bloquean el trabajo de su colectivo.

Tanto el sabotaje enemigo como el autosabotaje inconsciente favorecen e intensifican los daños la guerra económica con un Bloqueo Interno que acrecienta las dificultades o causa hasta más problemas que las medidas impuestas por EEUU.

Los efectos del cerco interno pueden detectarse hasta sin los importantes informes administrativos, o imprescindibles evaluaciones con cifras y datos comparativos presentados por especialistas del área de economía, contabilidad y finanzas,

Basta que en las secciones sindicales se hagan varias preguntas para descubrir la presencia de fenómenos que refuerzan el bloqueo externo. Cuestione:

¿Hay trabajadores que remolonean o con disimulo aprovechan la menor oportunidad para detener la faena o no cumplir una obligación y no buscar soluciones posibles?

 

 

Para responder esa pregunta no se requieren expertos de alta calificación, como tampoco son necesarios para lo siguiente:

Descubrir si en el colectivo laboral hay quienes parecen directamente esforzados en hacer lo más inimaginable para que su trabajo marche a paso de jicotea, mal y fuera de hora.

En las reuniones sindicales basta que cada uno se interrogue cómo son los intercambios para tomar decisiones sobre la manera de trabajar más y mejor o:

¿Se pierden en un cúmulo superficialidades y asuntos sin importancia y relegan los temas importantes?

Tampoco se requiere mucho esfuerzo para saber si los incompetentes son los que prosperan, si el ambiente es caótico, desordenado, dando la impresión de que son zurdos tratando de hacer algo con la derecha, o diestros intentando ejecutar acciones de precisión con la izquierda, o andar por un laberinto lleno de barreras cuando se trata de tomar una decisión.

 

NO FAVORECER LA DESCONFIANZA

Si tales fenómenos ocurren, tal vez hasta han estado creyendo que los cuadros y funcionarios son un desastre, aunque realmente sean personas empeñadas en que la entidad salga adelante y no lo logran porque están siendo víctimas de actos de sabotaje, ya sean urdidos por servicios de inteligencia o realizados ingenua e inconscientemente.

Las instrucciones de “Simple Sabotage Field Manual” (título en inglés) son simples, fáciles de ejecutar, no se trata de actos violentos, y se toman hasta la desfachatez de hacerlos público, sin que funcione en todos los casos aquello de que guerra avisada no mata soldado.

En este caso causan bajas al desestabilizar y obstaculizar la producción y los servicios, reducir la productividad, y en no pocas ocasiones hasta sin reclutar agentes, pues entre nosotros mismos podemos seguirle el juego inconscientemente, ya sea por indisciplinas o cualquier otro motivo.

Por tanto, la contramedida no tiene que centrarse en ver enemigos por todas partes, ni desconfiar unos de otros, sino en promover que todo se haga bien, que cada uno proceda correctamente en lo que le corresponde, y así estaremos neutralizando al adversario, al mismo tiempo que educando en valores a los nuestros.

En resumen: Si tomamos en cuenta la filosofía con la cual la Oficina de Servicios Estratégicos de EEUU —la OSS, precursora de la actual CIA— creó en 1944 el Manual, veremos que se trata de una agresión dirigida especialmente hacia los trabajadores, pues el propósito es que los centros de producción o servicios sean ineficientes, y sus niveles de actividad anden por el suelo.

No concluye el tema en el cual el movimiento sindical está llamado a enfrentar y vencer esas maneras sutiles y sombrías de atentar contra la producción y la productividad, pues en próximas salidas de La Guagua, continuaremos con más elementos del Manual.

 

Guaguas anteriores pueden accederse desde aquí.

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
Compartir...
Salir de la versión móvil