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Calidad, deuda pendiente

En reciente conferencia de prensa Sandro Piloto Arencibia, director provincial de la Empresa Alimentaria en Pinar del Río, informó que están trabajando con una cobertura de harina de 2,8 días para la elaboración del pan de la canasta familiar normada.

 

Los problemas con el peso del producto son error humano, no interviene en ello la calidad de la materia prima. Foto: Pedro Paredes Hernández

 

Refirió que la inestabilidad que existe en los horarios de expendio de este producto a la población está asociada fundamentalmente con la mala calidad de la levadura, lo que unido a las bajas temperaturas y deficiente estado técnico de las estufas demora el proceso de crecimiento de la masa, asimismo, señaló que otros de los problemas que incide negativamente es la rotura de panaderías que les obliga a concentrar en una sola unidad mayores volúmenes de elaboración que los habituales.

Acota que la indicación es extender los horarios de servicios en las ventas y que mientras haya clientes, este se mantenga, en caso de que los consumidores no asistan ese día a adquirirlo, entregarlo al siguiente.

Homogenizar volumen, color, textura y sabor, es algo para lo que tienen como mayor obstáculo, el empleo de materias primas de diferentes procedencias y calidades, no obstante, el directivo enfatizó que siempre que hay bajo peso es atribuible a la mala intención humana.

Con respecto a las violaciones detectadas por la Dirección Integral de Supervisión (DIS), aseguró que dan seguimiento a los centros con mayor incidencia y se han adoptado medidas disciplinarias, incrementan el control, pero que la voluntad no es separar a trabajadores del sector ante cualquier infracción, pues la experiencia y pericia es algo que requieren.

Diariamente elaboran más de 545 000 panes, mantener las entregas de la canasta familiar normada, deja pérdidas a la entidad, para mitigar este impacto apelan a otras producciones, realizan encurtidos y emplean extensores como la crema de calabaza, harina de yuca y maíz, aunque hay déficit de esas materias primas dado por la reducción de las existencias de plantaciones tras el paso de Ian.

Explicó que a partir del rechazo que suscitó en la población la incorporación de calabaza al pan, hubo una readecuación de la fórmula, llevándose de un 50 a un 20 por ciento, lo que elimina los elementos que exponían los consumidores sobre su rápido endurecimiento y descomposición.

Al margen de todas las limitaciones materiales y objetivas, es evidente que quedan reservas organizativas, porque con 2,8 días de cobertura saben con anterioridad las características de la harina y levadura a procesar, por ende, el tiempo que necesitan para que llegue hasta los consumidores en el horario previsto el pan, que pese a los criterios desfavorables que existen sobre su calidad es un alimento necesario en los hogares, máxime en un contexto económico como el actual.

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