La madrugada del día 18 del presente mes no fue totalmente tranquila y placentera como para haber dormido sin preocupaciones en mi barrio, del poblado de Pina, en el centro de la provincia de Ciego de Ávila.
Un hombre encendía a gritos la alarma por la presencia de ladrones. Otro vecino comentaba
haber visto a tres camuflados con abrigos, gorros y nasobucos. Una señora, confirma el hecho: «mi hijo les calló atrás, pero se les escaparon, dice que son unos muchachos que andan encapuchados…».
No es la primera noche desapacible en el reparto conocido por La Yuca, donde hace poco tiempo ciertos malhechores dejaron sin luminarias a dos postes, y en el lugar de los hechos nadie vio o ninguna persona quiso buscarse problemas.
Tampoco en Barrio Nuevo observaron cuando cortaron la malla de la puerta delantera, entraron al patio de una vivienda y se llevaron las motorinas del propietario de la casa y la de su hija.
Precisamente, a desarrollar un enfrentamiento contra estos y similares incidentes protagonizados por ilegales, pillos, lumpen, vagos y corruptos, en defensa del pueblo y en función de la tranquilidad y el desarrollo honesto de la sociedad, llamó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba y primer secretario del Comité Central del Partido, en reunión del Consejo de Ministros, celebrada en octubre de 2022.
En esa sesión de trabajo se presentaron nuevas directivas encaminadas a un mayor enfrentamiento a hechos delictivos. Al respecto, Díaz-Canel, expresó: «nosotros lo que no podemos permitir es que quienes no trabajan, no aportan y están en la ilegalidad, ganen más y tengan más posibilidades para vivir que los que más aportan…».
Contra esa voluntad de la dirección del país, y las acciones de enfrentamiento que se acometen en la provincia avileña, conspira la actitud de delincuentes impunes, de los de la vista gorda, de algunas autoridades que no actúan y sus semejantes, por lo no puede uno dormir a pierna suelta porque el delito pretende también abrazar el barrio, a sabiendas de que la vigilancia revolucionaria ha perdido fuerza a nivel de calle o cuadra.
