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Piedra cubana en tierra maya

Por: Yaima Puig / René Tamayo

CAMPECHE, México.-Es la obra ferroviaria más importante que se acomete hoy en el mundo. Está en México, en tierra maya, pero en casi 250 kilómetros de sus 1 554 de longitud, las líneas con sus durmientes se sostendrán sobre piedras cubanas.

 

Foto: Estudios Revolución

 

«Esta es una obra muy importante, y lo van a lograr», decía el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, compartiendo el propósito y certeza de su colega Andrés Manuel López Obrador, quien ha acompañado durante todo este sábado al estadista antillano en su segunda visita oficial a México, que tiene como escenario una región tan cercana a la Isla como es Campeche.

Las obras del Tren Maya están previstas a concluirse en diciembre de este propio año. Uno de sus componentes de terminación, tras los movimientos de tierra y demás tareas ingenieras, es el balastro, material rocoso sobre las que se asientan las traviesas.

De los 5 647 967,40 metros cúbicos (m3) de balastro que requiere la monumental infraestructura, se gestionó que Cuba suministre, desde la mina Ariete de Cienfuegos, en el centro de la Isla, 876 789 m3; es decir, el 15,5 por ciento del volumen total, por lo que haciendo una abstracción del empleo de esa cantidad de piedra rajón de forma lineal, estas cubrirían los casi 250 kilómetros que referíamos al inicio (241,2 km exactamente) de los más de 1 500 km que recorrerá.

El presidente López Obrador guio a Díaz-Canel hasta una de las obras del Tren Maya en las afueras de la ciudad de Campeche, tras recibirlo temprano en la mañana en el aeropuerto internacional Ingeniero Alberto Acuña Ongay, y luego conducirlo hasta la zona arqueológica Edzná, que sirvió de escenario, también, para entregar al presidente de la Mayor de las Antillas la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca en grado de Collar.

En medio de un fuerte aguacero, AMLO —como le dice familiarmente el pueblo— y Díaz-Canel también estuvieron acompañados en la visita a la obra ferroviaria por las delegaciones oficiales de ambos países, que incluyen, por la parte mexicana, al canciller Marcelo Ebrad; al secretario de Gobernación, Adán Augusto López; al secretario de Defensa Nacional, Luis Crecencio Sandoval, al secretario de la Marina, Rafael Ojeda; al coordinador de los asesores del presidente, Lázaro Cárdenas, y a la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien acompañó a la compañera del Presidente cubano, Lis Cuesta Pereza, durante la jornada.

Por la parte cubana participaron el miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, el titular de Salud Pública, José Angel Portal Miranda; la vicecanciller Josefina Vidal Ferreiro; el director de América Latina y el Caribe del Minrex, Eugenio Martínez Enrique; el embajador de Cuba en México, Marcos Rodríguez Costa; el presidente de BioCubafarma, Eduardo Martínez Díaz, y otras personalidades.

El tren maya

Según se le explicó al Presidente cubano, que escuchó atentamente e hizo más de una pregunta y comentario, el Tren Maya recorrerá 1 554 kilómetros de longitud, pasará por cinco estados (Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), 40 municipios, 181 localidades, 20 estaciones y 14 paraderos.

Es un proyecto prioritario del presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno mexicano, que se realiza en siete tramos. En la vía operarán 42 trenes y 219 vagones, con un servicio que incluirá transporte para los habitantes de los cinco estados que atraviesa, para el turismo y de carga.

Los trenes son modernos, confortables y seguros, según se afirma, y contarán con sistemas híbridos (energía eléctrica y diesel) para reducir las emisiones contaminantes, incluyendo unos 700 kilómetros (de Mérida a Chetumal) donde los equipos operarán solo con energía eléctrica; el diesel que se utilizará será bajo en azufre, concepto que también se extenderá al transporte automotor local.

Díaz-Canel elogió la responsabilidad ambiental con que se ha manejado este proyecto, al contribuir —se le dijo— a frenar el deterioro medioambiental que por mucho tiempo ha sufrido el sureste mexicano.

Por ejemplo, se reforestará la región con 500 millones de árboles como parte del programa Sembrando Vida. Además, se ampliarán las reservas naturales del sureste mexicano, donde abarcarán un millón y medio de hectáreas, lo que la convierte en la segunda más grande de América, después de la Amazonía.

Con soluciones ingenieras, el Tren Maya contará con viaductos y puentes colgantes que evitarán tocar cenotes, cavernas y ríos subterráneos, y pasos de fauna como ninguna otra obra del país. También hay políticas y planes de acción para proteger la grandeza arqueológica con obras de salvamento, nuevos museos y otras.

El proyecto es a su vez el primer generador de puestos de trabajo del sureste mexicano. Ha creado 114 mil nuevos empleos en los cinco estados que atraviesa y más de 11 000 en la fabricación de equipos ferroviarios.

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