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Una buena oportunidad

Por: Roberto Montes de Oca

Por estos días se ha propiciado una buena oportunidad para hacer renacer una historia que evoca de manera especial el amor y el compromiso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por el deporte y particularmente por el boxeo.

Foto: Tomada de internet

Primero que todo vale recordar que en la reciente visita a Cuba del presidente de IBA, el señor Umar Kremlev, reconoció los resultados de esa disciplina en nuestro país y ofreció ayuda para seguir desarrollándolo.

Entre las propuestas que hizo fue realizar en la mayor de las Antillas, en el 2023, dos carteles o campeonatos boxísticos de envergadura.

Considerando ese contexto es sin dudas una buena oportunidad para recordar que en el 2024 se cumplen 50 años de haberse celebrado aquí en Cuba el Primer Campeonato Mundial de Boxeo Amateur, el cual tuvo lugar del 17 al 30 de agosto de 1974, en el Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Foto: Jit

La concreción de ese evento tuvo el aliento y el empuje del Líder Histórico de la Revolución Cubana.

Sería excelente que justo en evocación de la fecha, y en homenaje al Padre del Deporte Cuba, que el 2024 fuera nombrado como año del Boxeo y que además pudiera, en tal año, realizarse aquí un campeonato mundial.

De cómo se fraguó aquel Primer Campeonato Mundial de Boxeo hablamos a continuación sobre la base de lo recogido en los libros no publicados aún, El boxeador que rompió el mito de Enrique Garmuris López y de Waldo Santiago Muñoz,  y Un Pilar en la construcción de la escuela cubana de Boxeo, ambos de mi autoría.

  1. Primer Campeonato Mundial de Boxeo Aficionado

Dos años antes de 1974 se había reunido el Comité Ejecutivo de la AIBA, en la ciudad de Múnich, donde se aprobó la celebración del evento mundialista sobre la base de una plataforma de eliminación continental.

Foto: Radio Habana Cuba

Esa estructura consistía en que los continentes presentaran los equipos constituidos por once boxeadores, lo que equivale a decir un atleta por cada división de peso: un equipo por África, uno por América y otro por Australia y Oceanía;  dos por Asia, dos por Europa y uno más por el país sede. En aquella ocasión se le otorgó a la ciudad de Osaka en Japón.

Estas acciones de la AIBA se habían hecho prácticamente en secreto, a espaldas de las federaciones nacionales, por lo que estas no pudieron emitir su opinión al respecto. Muchos contratiempos para todos los países traería este proyectado  campeonato.

Fue organizado de forma  tal  que  era necesario realizar una primera eliminación dentro del continente, para luego continuar eliminándose con todos los demás. Ello traería consigo elevados gastos para todas las federaciones, y lo peor sería que al final habría que conformar un equipo mixto, con atletas de varios países representando un mismo continente.

Inesperadamente, Japón anunció su renuncia a la organización de dicho tope mundial y a su condición de sede.

Llegado a ese punto se propuso y aprobó como nueva sede a New York.

Comenzó de inmediato una lucha frontal de Cuba con la AIBA. Fueron cursados a la presidencia de esta organización numerosos cables. Nuestro país presentó la solicitud oficial de la sede para ese primer campeonato de carácter mundial y, además fue el que propuso la modificación de la estructura con la conformación de equipos en una plataforma de representación nacional, procedimiento clásico en esos eventos.

Cada país tendría la posibilidad de conformar un equipo con once boxeadores, uno por cada división. La propuesta cubana iba en defensa de los países pequeños miembros.

La AIBA respondió, que ya había sido acordada la sede por el Comité Ejecutivo, que sería en New York.

Nuestra Federación Nacional recibió una fuerte ayuda del Gobierno Revolucionario. El Comandante en Jefe fue el primero en apoyar la idea. A partir de ese momento se hizo notable la divulgación por todo el mundo.

La demanda se fundamentaba, en primer lugar, en las desventajas de la plataforma continental; además, se rechazaba la elección de la sede neoyorkina por ser el Madison Square Garden el centro de la mafia del boxeo profesional.

El presidente del INDER por aquel entonces, Jorge García Bango, ofreció una conferencia en La Habana, ante la prensa nacional y extranjera.

Más tarde una delegación presidida por Waldo Santiago viajó a la República Socialista de Rumania, al Torneo Cinturón de Oro, y dio declaraciones en dos conferencias de prensa a periodistas rumanos y foráneos. Explicó los fundamentos de nuestro desacuerdo con la plataforma continental y con la sede en New York. Expuso, además, la aspiración de Cuba de celebrar el Campeonato en La Habana.

Ambas conferencias tuvieron gran repercusión. Numerosos diarios publicaron la opinión cubana sobre la base del sistema de participación  ―que debería ser nacional y no de eliminación continental― y de La Habana como posible sede del evento.

Durante meses se libró una fuerte batalla en reuniones y otros tipos de encuentros, Cuba tuvo que defender con argumentos muy sólidos su propuesta hasta que finalmente se hizo la justicia, sobre la base de la moral y el prestigio de la nación antillana y el discutido Campeonato Mundial no se celebró en la ostentosa cuna del boxeo rentado, el Madison Square Garden de New York, sino en el campo  socialista y, nada menos que en el territorio libre de Cuba.

Se dieron cite en La Habana 242 boxeadores de 45 federaciones nacionales.

Los cubanos supieron responder al esfuerzo desplegado por el Estado y darle un alegró al pueblo.

Estimulados por el Comandante en Jefe Fidel Castro —quien asistía regularmente a los programas boxísticos, y se reunía siempre con los deportistas en las habitaciones del hotel Habana Libre, donde fueron alojados— nuestros púgiles obtuvieran el primer lugar por equipos, conquistando cinco medallas de oro, una de plata y dos de bronce. Fue declarado el boxeador más combativo Gilberto Carrillo Quesada (81 kg). El evento fue una gran victoria disfrutada por todo nuestro pueblo.

Medallas de oro

Jorge Hernández Padrón (48 kg)

Douglas Rodríguez Guardiola (51 kg)

Justo Emilio Correa Vaillant (67 kg)

Rolando Garbey Garbey (71 kg)

Teófilo Stevenson Lawrence (Más de 81 kg)

Medalla de plata

Jorge Luis Romero Mujica (54 kg)

Medallas de  bronce

Mariano Álvarez Medina (57 kg)

Luis Echaide (60 kg)

Esta gran victoria difícilmente podrá ser superada por otro país en este tipo de evento.

En carta al INDER, con fecha 30 de agosto de 1974, Fidel felicita al organismo por la excelente organización y los resultados alcanzados por nuestros atletas y a “nuestro público por su interés, su desbordante y disciplinada alegría y su alto espíritu deportivo”.

La experiencia organizativa de un torneo  de tal importancia, la vivencia de llevarlo a vías de hecho además de los éxitos de nuestra delegación, crearon una atmósfera muy favorable para el reforzamiento del sistema boxístico. De tal modo continúan construyéndose gimnasios hasta en los lugares más recónditos; se incorpora el boxeo al calendario escolar; comienza a formar parte de la matrícula en las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE) y en cada provincia se inicia la creación de una academia.

Estos resultados se deben mucho a la ocupación y preocupación que tuvo siempre nuestro Comandante en Jefe Fidel por el deporte en general y el boxeo en particular.

Sin dudas, declarar al año 2024, para el organismo deportivo cubano, como Año del Boxeo es hacer honor a una historia que nos enorgullece como cubanos y honrar, una vez más, la memoria de Fidel.

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