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Los 64 argumentos para más Revolución

“La Revolución empieza ahora; la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros” (Fidel Castro)

 

Por Arleen Labañino (estudiante de Periodismo)

Primero de enero del 2023, alba para un nuevo comienzo. 65 años es un número pequeño que encierra tantas albas y ocasos como 23 725 días puedan tener. Pero los números, fríos al fin, no transmiten emociones, y aun así no pueden obviarse. Hasta que se tornan en símbolos, entonces significan más que cualquier vocablo.

Por ejemplo: 1492, 1853, 1868, 1895, 1922, 1953, 1959, otra vez 1ro de enero.

Cuba entonces sumida en desgracias, no resiste un atraco más. Oriente sigue luchando, ganan Guisa, ganan Maffo, ganan Santiago. Se aglutina el pueblo en el Parque Céspedes y Fidel, a la cabeza de los barbudos, afirma que no se repite lo que ocurrió en el 95. ¡Ni  ladrones,  ni traidores,  ni  intervencionistas,  esta  vez  sí  que  es  una  Revolución!”.

Volvemos a los números: no pudieron los mambises en casi 30 años, pero sus continuadores, los rebeldes lo lograron en dos.

 

 

 

 

Sale la caravana con destino a la capital en busca de la victoria asegurada por Camilo y el Che, y el día 8 entra a La Habana.

“Creo que este es un momento decisivo de nuestra historia; la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo queda mucho por hacer  todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo sea más difícil”

Pasaron uno, dos, tres, 64 años, unos más crudos, otros premiados. El caimán en medio del Caribe creció como la primera nación socialista del hemisferio occidental; una corona pesada cuando el vecino del norte tiene aires de grandeza y hábitos dominantes, y suficiente poder para declararte una guerra absurda e insaciable.

¿Cómo enfrentarse a un enemigo que todos temen? ¿Cómo ser David?

64 razones: quien escribe este texto tiene las propias, quien lo lee tendrá las suyas. Mi primer argumento es para agradecer: la paz donde me crié, el uniforme militar de mi madre con el cual se veía tan imponente, la pañoleta azul de tercer grado, el huerto escolar de la secundaria, el examen de aptitud gracias al que hoy redacto este texto, las pruebas de ingreso que no hice, la escuela que hará a mis amigas profesionales.

Muchos tendrán cosas para repudiar, también las tengo. Desearía que mis primos siguieran aquí, los extraño, no sé si están mejor allá, pero sé que no están con nosotros, y eso me lastima.

Me lastiman las caras largas, los discursos agresivos, la impaciencia y el egoísmo. Pero lo dije al comienzo, la Revolución es para cada día.

64 argumentos y hasta más le dieron a Fidel para que abandonara la causa, él los convirtió en motivos para más Revolución. Dejar a un lado lo seguro por salvar la vida de otros: eso yo lo llamo amor y es, a mi parecer, el legado más bello de estas seis décadas.

“El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”

La caravana demoró 8 días en el trayecto. Tardó casi un siglo para que la Revolución iniciada por Céspedes impusiera justicia. Cifras, grandes o pequeñas, pero que representan un infinito, la sempiterna convicción de que sí podemos avanzar, que nos queda mucho por lograr; que vendrán nuevos y más fuertes obstáculos para hacer más venturoso el camino.

Nos guían legados mayores a los que no podemos renunciar porque se lo debemos al mundo, que confía en nosotros y nos reconoce héroes de una lucha constante por la soberanía. Porque del amor estamos hablando; para por amor seguir trabajando.

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