Palco #12: El Mundial de Messi y una carta para Santa

Querido Santa:

Espero que tanta correspondencia no te haya impedido ver la semifinal de la Copa del Mundo entre Argentina y Croacia. Por si te perdiste algo, te lo resumo: fue un partidazo de Messi.

Te confieso que sobre el minuto 12 ó 13, sentí un poco de miedo porque lo vi tocándose el bíceps femoral izquierdo y eso nunca es una buena señal para los futbolistas. Además, el medio campo de los croatas estaba dominante, tocando rápido con Modric, Brozovic y un Kovacic que rompía líneas y se tiraba al ataque.

Pero hay que darle mérito a Scaloni y a Argentina como equipo. El míster le ganó la partida a su homólogo Zlatko Dalic. La albiceleste como un bloque aguantaba y mordía, cazando el error. Cuti Romero y Otamendi parecían los mejores centrales del mundo; y Tagliafico y Nahuel Molina se mostraban por encima de sus posibilidades.

Curiosamente después de que Messi sintiera lo que sea que haya sentido, empezó a jugar mejor. Y con mejor, me refiero a que parecía, otra vez, el Messi del Barça. Más lento, pero tan clarividente como nunca.

Al minuto 33, un balón largo desde la medular tomó descolocada a la defensa de los balcánicos y Julián Álvarez se quedó solo ante Livaković (si puedes lleva a este portero a un mejor club), que en el achique chocó con la araña y provocó un penalti.

Tú sabes lo que significa eso. Le iba a pegar Messi. ¿Tocado y frente a uno de los mejores para penales del torneo? Pero eso no importaba. Lo que valía era que lo metiera. Si no, iban a empezar a decir que tenía el pecho más frío que allá arriba en donde tú vives.

Le dio durísimo, arriba y a la escuadra. Livaković por mucho que adivinara solo se lanzó para sentir más de cerca el impacto del Al Rhila con la red.

Croacia se quedó tocada después de eso. Cinco minutos más tarde Julián Álvarez metió el segundo. Un gol de barrio. Encaró a uno, le quedó el balón de rebote, luego lo mismo con el siguiente defensor y remató a placer ante el arco rival.

Y el primer tiempo no acabó 3-0 gracias a Livaković que sacó un cabezazo de Mac Allister. Eso fue más menos lo que pasó en los primeros 45 minutos.

Antes de sacar, el 10 de Rosario se volvió a tocar el muslo. Por su parte, Dalic cambió jugadores e intentó atacar con más efectividad. Pero la zaga Argentina hacía nulos los intentos de Modric y compañía.

Messi se puso asociativo y encarador. Se paraba por el borde del área y tiró una pared con Enzo que le dejó mano a mano. Livaković le sacó el segundo.

Seguro te estás preguntando qué más hizo Messi. Al 69 agarró la pelota cerca de la media cancha y en un arrebato encaró a uno de los mejores defensas de la Copa. Uno de 20 años. Y lo mató a cambios de ritmo.

Gvardiol lo manoteaba pero el enano seguía su avance escorado a la banda. Frenaba y volvía a arrancar. El croata se le pegaba. Así lo llevó hasta casi meterlo en su área. Y cuando parecía neutralizado, de espaldas al marcador, amagó para un lado y salió por el otro, a buscar la línea de fondo y en dirección a la portería. El zaguero se dio cuenta de que la pesadilla no había terminado.

No lo podía tocar mucho, porque había riesgo de penal. Lo zarandeó. Al final se le fue y metió un centro en diagonal al medio por donde entraba Julián, que anotó su doblete como un killer. ¡¿De qué planeta saliste, Diez?! Hubiera narrado Víctor Hugo.

Después no pasó mucho más, Croacia pudo descontar. Salió Modric entre aplausos, Scaloni le dio minutos a los que no habían jugado y Messi… Messi siguió haciendo esas cosas «normales» a las que nos ha mal acostumbrado.

Y el tipo, por si fuera poco, hoy rompió una pila de récords. Se convirtió en el jugador que más partidos ha disputado en Copas del Mundo (25, empatado con Lothar Matthäus por el momento), en el máximo goleador argentino (11) y también dejó atrás a Maradona como líder en asistencias (9). Además, dice MísterChip, que ya es el que más goles y asistencias suma en la historia de estos eventos (11+9).

Aún así, tú sabes que si no gana van a seguir con lo mismo de que no es el mejor de la historia, y que no aparece en los momentos grandes…

Santa, yo no soy un niño, ni le voy a Argentina, pero si lo fuera, te pediría que la Copa esta vez sea para Messi. Na ma te tienes que adelantar unos pocos días. De todas formas el transporte está malo y te va a convenir ir saliendo de algunas cosas.