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Iliana Yanet, delegada a corazón abierto

Con gran elocuencia, dotes naturales de quien seguramente fue una niña leguleya y labrada por su profesión- profesora universitaria-, Iliana Yanet González Enríquez, hinca sus criterios y defiende la razón. Respeto y bondad aderezan la oratoria, también las acciones, de la delegada de la circunscripción 104 del consejo popular Jesús María, en la ciudad de Sancti Spíritus.

 

Iliana Yanet González Enríquez, delegada de la circunscripción 104 del consejo popular Jesús María, en la ciudad de Sancti Spíritus, con la fuerza de la ejemplaridad, aúna y convoca a unos mil 785 electores bajo su jurisdicción. (Foto: Yuleiky Obregón Macías)

La integridad se percibe en sus gestos y en cada una de sus palabras. Con la fuerza de la ejemplaridad, aúna y convoca a unos mil 785 electores bajo su jurisdicción. Son los vecinos del reparto 26 de Julio de la capital espirituana, quienes la siguen en la solución a los salideros, en la higienización de la zona, en el embellecimiento de los jardines.

“Se trata de buscar alternativas con los recursos propios de la comunidad e involucrar al vecino en la solución de los problemas. Crecernos por nosotros mismos. La circunscripción tiene identificada las principales problemáticas que la afectan: dificultades con los viales, la situación crítica que tienen hoy las viviendas de esta modalidad de “bajo costo”, edificadas con recursos mínimos y de baja calidad en la década del 90. Están focalizadas en la dirección de la Asamblea Municipal y responden a una inversión.

“El mayor reto de un delegado es hacer que funcione su grupo de trabajo comunitario, integrado por personas con prestigio, representantes de las organizaciones que conforman el sistema político cubano. Ese grupo tiene focalizadas todas las problemáticas sociales del entorno, dígase familias disfuncionales, hijos de reclusos, las madres y jóvenes desvinculadas del trabajo” …

Iliana Yanet se estrenó como delegada a los 28 años, entonces fue la más joven de esa nominación. En los últimos tres mandatos resultó electa nuevamente y, desde entonces, ha sido un horcón para su comunidad.

“La experiencia de la COVID-19, fue suprema. Un ejemplo de la efectividad del trabajo comunitario. Un gran apoyo de los vecinos, unos mensajeros del área roja y otros afuera, todos encargados de llevarle lo necesario a quienes estaban en confinamiento”.

“Soy una profesora universitaria, una madre de dos hijos, una esposa, la tutora de mi papá de 76 años. Ser delgada es un reto que se lleva con el sostén de la familia y de los electores. Es muy necesaria la participación popular para que realmente se cumpla el objetivo de la labor. Parte del empeño que tú le pongas, del respeto que vayas adquiriendo hacia esa mayoría, que te sigan, que seas un líder popular. Se hace a corazón abierto”.

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