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Historias de vida después de Ian: Alabao… un liniero entre ciclones

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Por Joel García

Pinar del Río.— Nelson Fuentes Perera es de hablar rápido, siempre parece activado con la 220 y usa la expresión más común entre los pi­nareños ante cada pregunta que le hace recordar historias vividas en su profesión de liniero: “Alabao…, periodista”.

Nos conocimos cuando salía con su carro a arreglar una de las tantas averías ocurridas en el te­rritorio vueltabajero tras el paso del huracán Ian. “Voy para 17 o 18 años en la Empresa Eléctrica. ¿Que cuántos ciclones he visto? Alabao…, desde el Lili e Isidore para acá to­dos, incluidos tornados, y ayuda técnica en Villa Clara, Santiago de Cuba, Camagüey y La Habana”.

Nelson maneja y no deja de con­tarnos. “Lo más difícil ahora es que estuvimos trabajando muchos días para poner la corriente y en nues­tras casas no había luz porque se cayeron muchos postes. Pero eso va mejorando porque ya se calentó la línea de 33 KB, lo cual quiere decir que se le dio corriente a esa línea”.

Le interrogo por sus ini­cios en este mundo de cables, electricidad y transformadores. “No sabía ni qué era la Empre­sa Eléctrica. Pero un día vi una brigada trabajando cerca de la casa y pregunté si había plazas. Me dijeron que sí, pasé cursos de preparación y de ahí para acá no he parado. Esto es mi vida”.

Vuelvo a la carga con los días del ciclón Ian y la familia. “Ala­bao…, esa noche madrugada es­taba en la casa con mis tres niños y esposa. Fue terrible. Sufrimos afectaciones, me llevó casi todo el techo de la casa y se mojó todo, in­cluso los colchones. Al salir el sol, organicé un poco y pa’l trabajo”.

Aunque no quiere que ninguno de sus hijos siga su camino encima de un poste o desafiando el peligro que siempre entraña este trabajo: “Que cumplan con la patria en otras labores”, señala y aclara acto segui­do que nunca ha sufrido un acciden­te porque toma las medidas estable­cidas y alguna de más, por si acaso.

Pero por mucho que conversa, este liniero eléctrico especializa­do y jefe de brigada no habla de las dos medallas que posee: Ñico López y Jesús Menéndez. “Noso­tros hacemos cualquier trabajo, montar transformadores, cam­biamos postes, tiramos líneas. Todo el trabajo nuestro es lindo, pero complejo. A las brigadas de otras provincias las queremos como hermanas. Los eléctricos de Santiago, Pinar, La Habana o de Guantánamo somos uno”.

Nelson llega al lugar de la avería. Mientras parquea el ca­rro que maneja cuenta que le han propuesto irse para Etecsa con mejores condiciones económicas incluso, “pero qué va, lo que me gusta es la electricidad. Alabao.. periodista, es más difícil una en­trevista que dar luz…”. Y lo de­jamos hacer entonces su trabajo.

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