“Hasta que se termine”

Algunos llevan los conocidos uniformes de las empresas Eléctrica y Etecsa, otros visten sin nada que los identifiquen, pero todos comparten algo en común, dejaron atrás la comodidad de sus hogares para venir con sus manos a resarcir daños en Pinar del Río.

Imposible reflejar el quehacer de tantos brazos que se empeñan en levantar lo que Ian tumbó, pero como muestra los trabajadores del Grupo Azucarero Azcuba, quienes llegaron a pocas horas del paso del meteoro, desde Santic Spíritus, con 10 camiones y tres alzadoras de la Empresa Agroindustrial Melanio Hernández ellos limpian las calles del consejo popular Ceferino Fernández en la ciudad cabecera.

El contingente lo integran 14 hombres, el joven Ernesto García Rodríguez, con 29 años, es uno de ellos, conduce por varias horas al día un camión, la rutina es simple, pero implica largos períodos de espera, primero detrás de sus colegas para que la alzadora coloque los desechos, luego en el vertedero para vaciar y retornar a la fila en la ciudad y tratar de sacar el máximo provecho de la jornada.

Le complace poder ayudar, reconoce que “la cosa está fea”, lo dice refiriéndose a la destrucción visible en cualquier sitio de la urbe, aún así los vecinos les ofrecen algún café y lo valoran al máximo porque saben que dentro de los hogares se han multiplicado las carencias.

El longevo Jorge Oquedo Rodríguez, asegura que la familia dejada atrás, en su caso esposa, hijos y nietos, saben que es importante lo que hacen y que el deseo de retornar no les impedirá permanecer aquí “hasta que se termine”.

Se alojan en la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Ormani Arenado, centro en el que aseguran reciben una excelente atención, al igual que con el servicio de almuerzos y meriendas, puntualiza Yusbey Ramón Hernández Rodríguez, jefe de  brigada, quien lamenta que aspectos organizativos como el hecho de que algunos pobladores saquen basura después de que ellos limpien, o que en el vertedero no hay suficiente espacio para descargar al final de la tarde y no puedan por esa causa hacer un mejor uso de las horas de luz.

No obstante, reafirma que proseguirán con su labor, por el tiempo que sea necesario y lo hacen enfrentando otros contratiempos como los ponches de neumáticos, dada la naturaleza diversa de los desechos, entre los que hay objetos afilados y cables caídos, tanto del tendido eléctrico como el telefónico.

A pesar de las ganas de ver a los suyos, no hay retorno hasta que concluyan con su encargo y los otros que pudieran recibir después del que actualmente ejecutan.