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Paisaje después de la batalla

Héroes sin pedestal

Suelos ennegrecidos, hierros retorcidos, desolación… ese es el paisaje después de la colosal batalla contra las llamas que devoraron parte de la base de supertanqueros de Matanzas.

Foto: Estudios Revolución

Allí, más de 60 especialistas se afanan en una exploración difícil y minuciosa sobre el castigado terreno: la búsqueda de los desaparecidos en él incendio de la base de supertanqueros de Matanzas.

Y es que el dolor del desastre tiene esta durísima secuela. Aguardan ansiosos los familiares  cuya esperanza no es ya tenerlos vivos pero sí saber de su hijo, hermano, padre, para tenerlos de nuevo junto a ellos que es decir  junto a su pueblo, que honrará para siempre su coraje.

Esperan con el corazón contraído  los que no quieren marcharse del lugar sin saber de los que junto a ellos derrocharon valor y decisión ante el siniestro. “. No pudimos salvarlos”, se lamenta un bombero; y en la memoria no se borrará jamás la imagen de los compañeros que no alcanzaron a escapar del infierno. Son muchas las vivencias compartidas, que atesorarán para siempre en sus corazones, esa fraternidad que surge entre los que se exponen frecuentemente al peligro para salvar a los demás.

En esta semana terrible de agosto, le nacieron a la patria nuevos héroes,  que hasta entonces eran en su mayoría jóvenes llenos de sueños pero con un gran compromiso con el deber. La batalla que libraron terminó en victoria y esta se convierte en su mejor monumento.

Al evocarlos, viene a la mente aquella reflexión de José Martí aparecida en el periódico La Nación el 17 de abril de 1884, cuando escribió que “los héroes son propiedad humana, comensales de toda mesa y de toda casa familiares”.

Así serán recordados, sin pedestal, cercanos, imitables, audaces, sin miedo a los riesgos, decididos a vencer, eternos.

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