Fidel, el ser humano

Fidel, el ser humano

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (15 puntos, 3 votos)
Cargando...

Hoy pululan en las redes sociales, en decenas de sitios digitales, periódicos, emisoras de radio y televisoras miles de historias sobre Fidel Castro. Es 13 de agosto e inevitablemente hay que recordar su cumpleaños, su obra, su impronta, su estatura política y moral. Pero sobre todo el ser humano que fue, con virtudes y defectos; con amores escondidos y reales, con una capacidad singular para persuadir y con las lógicas testarudeces que todos tenemos en nuestro actuar diario.

 

Foto: Tomada de la página de facebook de JG León

 

Esta jornada vuelven a dividirse los sentimientos en el mundo, porque todo gran ser humano con una huella tan grande en los pueblos produce eso: los que lo aman sin manchas y los que lo odian hasta por sus aciertos. La única verdad que es incuestionable en medio de tantas anécdotas y vivencias del líder histórico de la Revolución Cubana es que cambió y marcó los destinos de un país desde 1959, algo que pocas personas logran en este paso efímero por la vida.

Declararse hoy fidelista es decirle a algunos amigos que no lo vemos perfecto, pero sí que tuvo una visión política extraordinaria; es confirmar que apostamos por una sociedad mejor, aunque sepamos que todavía estamos lejos de conquistarla porque la economía diaria es fuerte y hace temblar piernas; es recordar a Galeano con aquella idea cardinal que “esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser”.

El Fidel humano que más cerca recuerdo fue el que lloró una noche frente al mar por la muerte de Celia Sánchez; el que llegó primero que la madre de Ana Fidelia al hospital Hermanos Amejeiras cuando se enteró de su accidente por quemaduras; el que no sabía bailar, pero llegaba una fiesta y se ponía a compartir con pena solo con aquellos que como él no tiraban un pasillo; el que practicaba deportes en la Ciudad Deportiva en las noches y pedía que lo empujaran, que le marcaran falta como a cualquier baloncestista.

En todos los casos, Fidel fue un mortal, no un Dios. Todavía no recuerdo a nadie que en celebraciones de cumpleaños le recuerden más por sus errores que por las sonrisas motivadoras hacia su familia, hacia la sociedad. En estas 24 horas tanto odio, maldad y Mierd… deberían enterrarse. Fidel era un ser humano por encima de grados militares o cargos oficiales. No verlo así en este tránsito por la vida y la historia es minimizar su huella.
Soy fidelista. Y nunca me arrepentiré de serlo.

POSDATA: Respeto cada criterio, pero hoy puedo ser el Fidel más duro con quien se equivoque conmigo en este post.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

Compartir...

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu