LA GUAGUA: Usurpadores en Facebook

LA GUAGUA: Usurpadores en Facebook

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Al leer las primeras líneas, quizás quienes estén a bordo de esta Guagua no crean que el dueño de una casa pueda darle la llave al ladrón para que una vez dentro cambie la cerradura impidiendo el acceso al dueño de la vivienda.

En Facebook hay quienes no pueden usar sus perfiles porque le dieron al delincuente la posibilidad de que penetrara en esa cuenta personal y cambiara la contraseña para que el usuario registrado originalmente no pueda continuar usándolo.

Generalmente la explicación que dan las víctimas es:

Me jaquearon la cuenta.

 

 

Y hay quienes piensan que fue un hacker dotado de sofisticadas herramientas cibernéticas y programas avanzadísimos con un equipamiento de última generación, cuyo uso requiere saberes obtenidos en profundos estudios científicos.

Sin embargo el susodicho hacker puede que apenas sepa mucho más allá de encender una computadora y hacer algunas operaciones elementales de las que dominan los principiantes, pero conoce sencillas triquiñuelas, además de enterarse de algunos procedimientos de Facebook.

Con astucia y habilidad oculta el propósito de engañar a los incautos, que pueden caer en la trampa consistente en un simple mensaje en el chat proveniente de alguien que está en la lista de amigos que le pedirá ayuda para recuperar su cuenta. Este es un ejemplo tomado de la vida real:

Me desconecté de Facebook y ahora recibí un correo electrónico que dice que alguien está tratando de acceder a mi cuenta y que mi Facebook se bloqueó temporalmente y me pide que confirme la identidad obteniendo un código de 3 amigos míos. Se le enviará el código tan pronto como se restablezca. código de contraseña por favor envíemelo una vez que lo tenga… (Textual)

Conozco varias personas que recibieron igual texto y que por estos momentos andan alertando a sus amigos mediante llamadas telefónicas, de manera personal o a través de otra cuenta que se abrieron.

Una de esas personas me dijo:

Yo no sé cómo fue eso. Me jaquearon la cuenta.

Ante la pregunta:

¿Algún amigo te pidió que le enviaras un código?

La respuesta:

¡Sí! ¿Y eso qué tiene que ver?

 

En resumen: Tal ayuda es una triquiñuela para que el dueño de la cuenta ofrezca el código mediante el cual alguien puede acceder al perfil y cambiar la contraseña.

 

Para finalizar el recorrido dominical de esta divertida Guagua, el autor de estas líneas ofrece sus confesiones, por si alguno de esos ciberdelincuentes abordan esta Guagua:

Les pido disculpas porque no fue mi intención hacerles perder el tiempo en un larguísimo chateo en el cual les escribí cuando tenía una oportunidad.

Es cierto que les mentí para provocar que esperaran creyendo que les iba a dar el código, cuando en realidad en mi caso, no podían resolver nada porque tengo otras protecciones que les impiden acceder. Los demoré con preguntas y solicitud de aclaraciones para ver cómo ustedes desarrollan las técnicas de ingeniería social, y a partir de ahí, escribir esta sección de hoy.

Seguramente se dieron cuenta, ya tarde, con todo el tiempo perdido, de que les ofrecí códigos falsos y no fue porque los copié mal por no tener espejuelos.

Otra cosa: a la que se hizo pasar por profesora de una determinada materia, también le digo que no tengo nada en contra de ella, pero al menos para mi, fue divertido leer las explicaciones que dio sobre el problema fundamental de la Filosofía y algunos filósofos.

A todos los que trataron de usurpar mi cuenta en Facebook: siempre supe que no eran quienes decían. ¿Cómo lo supe? Pues como mismo conocí dónde estaban, y no fue mediante sofisticadas tecnologías, sino por simples técnicas de la misma materia con la que intentaron usurpar mi cuenta: ingeniería social.

 

Las Guaguas ya pasadas pueden accederse desde aquí

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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