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La final por dentro: recuento y realidad

Matanzas.— Este martes el esta­dio Victoria de Girón dejará un equipo delante en la final de la 61 Serie Nacional de Béisbol, pues Cocodrilos y Alazanes marchan abrazados a un triunfo. El duelo anunciado para esa jornada: Da­riel Góngora vs. Joel Mojena ga­rantiza de antemano rivalidad y expectativa, pero lo visto hasta ahora en la discusión del título merece más de una interpreta­ción.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

El primer encuentro fue de pura ofensiva para los actuales monarcas, que lograron su pri­mer objetivo: explotar el abridor yumurino Renner Rivero, dado que conocen de sobra las falencias del cuerpo de relevistas. Osvaldo Abreu, Iván Prieto, Pedro Almei­da y Carlos Benítez castigaron con oportunidad desde el cajón de bateo y César García alcanzó su cuarta sonrisa en el box en esta postemporada, convertido ahora en el primer pítcher de Granma.

La cara del segundo cotejo re­sultó todo lo contrario. Yamichel Pérez y Leandro Martínez se en­frascaron en llenar de ceros la pi­zarra en los dos primeros tercios y todas las carreras cristalizaron del séptimo al noveno. Dos bata­zos de oro, un doble del emergente Dariel Duque y un hit del recep­tor Roberto Loredo hubieran bas­tado para llevarse la sonrisa. Los apagafuegos orientales no pudie­ron sacar los últimos cinco outs y cargaron con la derrota.

¿Qué puede desbalancear este play off en lo adelante? ¿Siguen teniendo los Alazanes las mayo­res credenciales para levantar su cuarta corona? ¿Podrán los Co­codrilos festejar en su pantano? ¿Cómo se está viviendo una final semejante a esta en cada territo­rio?

Otra vez la ofensiva, el pitcheo relevista, la historia y la motiva­ción andan del lado de la tropa de Carlos Martí. Eso sí, necesitan un despertar urgente de Guillermo Avilés en esta ronda decisiva (lle­va de 10-1), tal y como lo hizo ante Industriales y Ciego de Ávila. La rotación del bullpen será también clave, así como que Alexquemer Sánchez logre emparejar lo que hizo en la campaña regular.

Para la tropa rojiamarilla, la entrada del receptor Andrys Pé­rez y el lanzador zurdo Naykel Cruz puede significar un oxígeno esperado, pero la alineación baja su poderío después del sexto tur­no y requieren aumentar sus ano­taciones por partido. Yadil Mujica y Javier Camero deben reaccionar si quieren aspirar a su segunda dorada en su quinta final en los últimos 10 años.

Por supuesto, la entrada de Yadir Drake merece un aparte, aunque todavía no se sabe si po­drá volver a vestir el uniforme martes, jueves o viernes. Le im­prime un liderazgo al equipo real y fue factor desestabilizador del relevista Carlos Santana en la única sonrisa que archiva has­ta hoy Matanzas. Si logra jugar en el resto de los partidos puededesempeñar el mismo papel y aportar victorias.

Algo sí parece claro: nadie se atreve a pronosticar una barrida en predios de los Cocodrilos de ninguno de los dos conjuntos. No obstante, el regreso posible a Ba­yamo apunta nuevamente al trote de los Alazanes, que en voz de su director Carlos Martí ha dicho: “Me faltan tres corazones de este equipo, pero los jóvenes han le­vantado una proeza enorme”. De los tres campeonatos anteriores solo uno festejaron con su pueblo, el primero en la 57 edición. ¿Po­drán celebrarlo nuevamente el 27 o 28 de junio? Queda play off to­davía, pero sigo pensando que el oro viene trotando.

 

Plata en premundial sub-23

Cuba consiguió sus objetivos en el torneo premundial sub-23: clasi­ficar al mundial de la categoría y obtener una medalla, al terminar con plata en la lid panamerica­na efectuada en Aguascalientes, México, tras caer en la final 4-0 contra la selección anfitriona, el mejor equipo del certamen, triun­fador invicto.

El partido por la medalla de oro encontró al lanzador azteca Jordan Suárez como el gran do­minador, al dejar a nuestra selec­ción sin hits hasta el sexto inning, cuando permitió dos sin que le marcaran carreras. La carta mon­ticular de Cuba, el zurdo Oscar Hernández, no pudo evitar las tres carreras de los locales, a la postre decisivas para definir el campeón del certamen, que tuvo en Nica­ragua el bronce al triunfar sobre Venezuela por la mínima 4-3.

El conjunto cubano perdió dos desafíos en la ronda clasificatoria al ceder ante los propios mexi­canos y el cuadro nicaragüense, pero tomó desquite contra este último en semifinales al vencerlos 6-5. A pesar de dos bajas sensi­bles por deserción, nuestro con­junto logró superar todos los obs­táculos y obtuvo su clasificación al mundial de octubre en Taipéi de China. ¡Bienvenida la plata! Ahora nos queda pelear y seguir peleando hasta alcanzar por vez primera un podio del orbe en esta categoría.

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