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Reflexiones en víspera de Arte para Papá (+ Fotos)

A pocos días de concluida la Feria Arte para Mamá y en víspera de otro similar evento dedicado a los padres, Arte para Papá, vale la pena reflexionar en torno a un tema poco debatido, escasamente conocido y estrechamente relacionado con estos multitudinarios eventos organizados por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC): las industrias culturales, las cuales garantizan la creación de productos cuyo mercadeo nacional e internacional, amén de sus aportaciones a la economía,  resultan imprescindibles para el financiamiento de los programas y proyectos que están en función del desarrollo cultural.

Por su calidad y diseño, entre las producciones asociadas al FCBC sobresalen los muebles del prestigioso artesano artista camagüeyano Alberto Cabalé, muchos de los cuales se ofertan en las cadenas de tienda por MLC, donde tienen alta demanda. Foto: Cortesía del artesano artista

Entre las empresas pertenecientes al Ministerio de Cultura (Mincult), el FCBC es una de las que mayores logros registra, junto con Artex; la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem); Génesis Galerías; y Tecnoescena; éxitos alcanzados —entre determinadas depresiones productivas— durante un período de casi dos años signado por las limitaciones de recursos de todo tipo, sobre todo de materias primas, fundamentalmente debido a las adversas consecuencias derivadas de la proliferación de la pandemia de la Covid-19, que prácticamente paralizó a una importante zona de la economía insular; además del recrudecimiento del bloqueo impuesto a Cuba durante más de seis décadas por el gobierno de los Estados Unidos, y la aplicación de la Tarea Ordenamiento.

A pesar de esta situación,  el FCB presenta significativos cumplimientos de los encargos estatales y en la ejecución de obras priorizadas por el Mincult y el Gobierno, gestión en la que se observa una cuidadosa preservación del Patrimonio cultural, en tanto la mayoría de los artesanos artistas pertenecientes a esta institución han reinventado sus respectivos desempeños, sobre todo a través de innovaciones e inventivas que propicien sostener la calidad y utilidad de sus creaciones, muchas de las cuales coadyuvan a compensar las ausencias en las demandas actualmente existentes en el mercado interno. Asimismo, hay que reconocer a los muchísimos artesanos artistas que durante las peores etapas de la propagación del Nuevo Coronavirus se ofrecieron para confeccionar nasobucos, conjuntos sanitarios y sobre-batas, tan necesarios en los centros hospitalarios.

Arte para Papá, otro encuentro con la artesanía artística muy agradecido por los cubanos.

Esta empresa con más de cuatro décadas de creada, ha sabido conjugar, de manera orgánica y eficiente, su doble misión económica y cultural, a la vez que representa, promueve y comercializa, nacional e internacionalmente, las obras de los creadores de las artes plásticas y las artes aplicadas —y sus servicios asociados de diseño— con un reconocido sello de calidad que jerarquiza el valor estético.

Son numerosas las medidas adoptadas por esta institución para sostener importantes provechos en el trabajo de las industrias culturales y que repercuten directamente en beneficio de la educación estética de la población, y su estimable aporte como empresa generadora de ingresos económicos para el mantenimiento del sistema total de la Cultura.

Arturo Valdés Curbeira, director general del FCBC.

Entre estas se destaca un método de dirección que parte de la premisa de la unidad: entre directivos y trabajadores de la empresa, quienes asimismo sostienen estrechos vínculos con los artistas, no solo como entes encargados de la orientación y control,  sino con un diseño de interrelación que se erige sobre la base de las conexiones humanas. “La razón de ser del FCBC son sus creadores”, afirma Arturo Valdés Curbeira, el director general.

En ese interés, sobre todo, radica el éxito de una firma que incesantemente busca mecanismos insertados en la modernidad empresarial, en concordancia con el estudio de experiencias nacionales y extranjeras que posibiliten hacer rentable la creación artística sin perder la esencia que la define como portadora de cubanidad y hondo sentido de arraigo a los valores patrimoniales que identifican la cultura insular.

Con ese fin igualmente promueve el apego y uso de la ciencia y la técnica, a fin de garantizar notables resultados en la eficiencia, la calidad y la innovación, posibles de corroborar en la casi totalidad de los productos que se venden en las redes de tiendas establecidas por el FCBC a lo largo y ancho del país, incluyendo los más importantes polos turísticos, así como en las esperadas ferias de Arte para Mamá, Arte para Papá, Arte en la Rampa y la prestigiosa Feria Internacional de Artesanía (Fiart), considerada como el gran showroom de la artesanía cubana, entre otros eventos comerciales.

Muy potenciado en esta institución  es la sustitución de importaciones, tema recurrente en todas las reuniones y debates con los artesanos artistas, y en cuya solución se han ideado fórmulas muy eficaces que tienen que ver con las llamadas “alianzas productivas” con otras empresas nacionales, asunto sobre el que antes de la llegada de la pandemia de la Covid-19 se habían obtenido alentadores resultados y sobre el que se precisa enfrentar insuficiencias que aún persisten y cuya implementación de alguna manera pudiera contribuir a la rebaja de los precios de los productos destinados a la población.

“Toda acción comercial del FCBC debe constituir una acción cultural para lo cual debemos tejer alianzas con otras instituciones del Ministerio de Cultura y tenemos que movilizar nuestros recursos en función de la política cultural, apoyar al resto de las instituciones en la realización de los eventos, como por ejemplo  la Feria Internacional del Libro”, ha enfatizado Curbeira.

Para la dirección de esta empresa y sus dependencias en todo el país existe conocimiento —que frisa en la pena—, de que el Talón de Aquiles de las ofertas que los creadores ponen a disposición de los cubanos continúa siendo su elevado precio, un problema que no depende de la buena voluntad de los directivos ni de los artífices, sino que está en correspondencia con los elevados niveles de inflación actualmente existentes en casi todo el mundo, otro flagelo que tiene que ver con el bolsillo de cada individuo y del que Cuba no está exento. Vale apuntar que la adquisición de materias primas reclama de los creadores elevadas inversiones; amén de que muchas no existen entre los artículos que se expenden en las tiendas nacionales, incluso en las de moneda libremente convertible, por lo que se hace necesario adquirirlas en el exterior.

Huellas Taínas presenta excelentes artículos de uso doméstico.

Sin embargo, a pesar de esas limitaciones, la mayoría de estas producciones se venden en volúmenes de pesos cubanos mucho menores que las comercializadas en la red de ventas particulares o de cuentapropistas.

Para coadyuvar a resolver este problema, el FCBC creó el  Grupo de Nuevos Negocios, con sede en todas las provincias, el cual se encarga de tramitar las operaciones de exportación e importación mediante formas de gestión no estatal, con la participación directa de los creadores, facultad que fue establecida en la Resolución 315 del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, la cual incluyó a esta entidad entre las 37 acreditadas en Cuba para ejercer este programa.

Aun con disímiles dificultades, esta vía de solución ha despertado interés entre los artífices, quienes pueden importar materias primas e igualmente comercializar sus productos en el exterior, gestión que ya registra alentadores resultados.

Estas diligencias posibilitan el aseguramiento de las materias primas y el fortalecimiento del equipamiento para la creación artística y el abaratamiento de los costos de los productos, a la vez que coadyuvan a un mayor y mejor suministro de productos y servicios en las tiendas que operan con moneda libremente convertible, tales como  muebles y diversidad de útiles para el hogar y oficinas, así como juguetes artesanales de corte didáctico, entre otros muchos.

Liderada por un hombre extraordinariamente sencillo y sensible, con muchas y largas luces, enteramente abierto a la crítica, e interesado en cuantas propuestas y proyectos emanen de los artistas asociados al FCBC, Arturo Valdés Curbeira, en sus recurrentes visitas a los talleres, estudios y galerías, así como a los más apartados rincones de la nación donde existen trabajadores y artífices que laboran en diferentes dependencias, estimula  el fortalecimiento de un sistema empresarial que funcione como mediador entre artesanos, artistas y mercado, con el fin de generar ingresos que posteriormente se reviertan en el desarrollo de la cultura nacional

Aunque evade estos reconocimientos, Valdés Curbeira es, igualmente, emprendedor cuadro del Mincult que apoya sin reparos diversas ideas en beneficio del enriquecimiento espiritual de las comunidades, aún de aquellas que son ajenas a su institución. Él se ha propuesto convertir, como una de las premisas fundamentales del FCBC, la creación y sostenimiento del cierre de ciclos productivos y el encadenamientos de la producción en las industrias del calzado, el textil y la mueblería, entre otras manifestaciones, novedoso empeño que ya ha generado otras loables propuestas que posibiliten la solución de diferentes contrariedades.

En tal dirección, el eficiente cuadro y su equipo de dirección ha permeado a los trabajadores y artistas de un espíritu renovador que incluye la concientización e importancia de los encadenamientos productivos con otros sectores de la economía, amparados en la descentralización de los organismos del Estado, medida que permite a los creadores realizar gestiones en función de sus intereses directos.

Calidad, arte y belleza en las creaciones de Georgina Riveros Pi.

El propio director general del FCBC ha reiterado que en el contexto deficitario en que vive hoy la nación, la meta de esta entidad es la de tener siempre qué ofrecer, sobre todo al pueblo. “Hemos aprendido a innovar ante la ausencia de algunos recursos necesarios para garantizar la calidad. Por eso defendemos la idea del encadenamiento”, ha dicho.

Por su parte, el Mincult ha depositado en esta empresa sus esperanzas y la seguridad de poder contar  con el aporte sostenido de  sus artistas y creadores, así como de sus trabajadores y directivos para fomentar el desarrollo de la industria cultural en apoyo al Programa de Desarrollo de la Cultura Cubana.

Otra noble arista de este desempeño que potencia el  aprovechamiento de todas las oportunidades que impliquen generar ingresos, es la de mitigar el efecto de la devaluación del peso cubano y el interés  por no dejar desprotegidos a los trabajadores del FCBC; así como engrosar la cuenta de Tesorería del Mincult que se utiliza para satisfacer las demandas en moneda libremente convertible (MLC) y en moneda nacional (CUP) de los planes de desarrollo que tienen las provincias y las diferentes instituciones del sector.

Esas ganancias, tal vez muchos desconocen, benefician, por ejemplo, a la enseñanza artística, en gestiones tan necesarias como las compras de útiles para el ballet —zapatillas, leotards, mallas y otros—, los instrumentos musicales para las escuelas de arte y los sistemas de audio y de luces para las salas de teatro; compras que se efectúan a través de un presupuesto que no hay que pedírselo al Estado, sino que se atesora mediante la gestión económica de las empresas del Mincult, entre las que se destaca el FCBC.

La producción y venta de calzado contribuye a solucionar las grandes demandas de este artículo de uso personal actualmente deficitario en las redes de tiendas nacionales.

Por supuesto, tales propósitos avanzan en medio de dificultades y tropiezos, la mayoría de estos motivados por subjetividades e incomprensiones, como las relacionadas con la preparación de los directivos y funcionarios que lideran estos proyectos, que aún es insuficiente; como igualmente lo es el suministro eficiente y recurrente a las tiendas que comercializan en divisas, gestión que en tanto contribuye a engrosar los fondos de la economía nacional, deviene importante vía para que los bienes utilitarios y artísticos queden en el país.

Otro asunto que demanda mejor atención está relacionado con las limitaciones para la publicidad de estos propósitos desde una perspectiva crítica; amén de una más sólida evaluación y promoción de la artesanía cubana. A pesar de que el FCBC cuenta con un eficiente, culto y dinámico equipo de prensa y divulgación, encabezado por la experimentada directora de Comunicación, Marlene Sánchez Márquez,  en los medios no trasciende el inmenso trabajo de esta empresa, visto además desde una dimensión económica, ideológica, social y cultural.

De igual forma queda mucho por decir, analizar y opinar sobre el desarrollo registrado en esta institución en el funcionamiento de las industrias culturales en función del avance de la cultura nacional sin desvirtuar la política trazada por la Revolución y por el Mincult en el sector. En tal sentido, la prensa podría reflexionar y trasmitir a la población que  la economía de la cultura en este Ministerio funciona con un esquema cerrado, es decir, que se puede gastar lo que sus instituciones sean capaces de ingresar; aporte que, por otra parte, igualmente beneficia al país a través de significativos aportes monetarios, en divisas y en pesos cubanos, a la Caja Central del Estado, la cual determina en dónde lo va a emplear.

Bien sabido, aunque poco reflejado en nuestros medios, es que la cultura necesita de una base económica —propia y sostenida— para mantenerse y lograr su desarrollo; asunto en el que el FCBC es abanderado en ideas y proyectos que consoliden este empeño, motivo por el cual centra su interés en —más que demostrar sus logros—, estudiar y solucionar las deficiencias y emprender con objetividad y buen tino las tareas que quedan para sentar logros ejemplarizantes dentro del sector, los cuales únicamente se pueden alcanzar mediante la definición de las prioridades de trabajo en las diferentes dependencias de la empresa, algunas de las cuales, dicho sea de paso, reclaman mejores ambientes culturales en correspondencia con su gran misión como generadora de espiritualidad y buen gusto entre los cubanos.

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