Cargando...Durante dos días se realizó el Ejercicio Popular Meteoro 2022, y quizás la verdadera esencia de que sea popular no esté en las publicadas acciones con participación de los vecinos de una barriada o miembros de un colectivo laboral.
Independientemente de excepciones o hechos demostrativos de lo contrario, en todos estos años se ha ido creando en cada ciudadano una percepción de riesgo que va más allá del instinto de conservación, y que ha ido incrementándose de una generación a otra.
Uno de los tantos ejemplos de que es una cultura que se va popularizando, es que en medio de las carencias de recursos, cada vez que es posible las actividades constructivas en el hogar constituyan una especie de Meteoro permanente en cada familia.
Las obras en las viviendas no se hacen solo con miras a resguardarse de robos, sino también para resistir los embates de fenómenos meteorológicos, que casi siempre toman como referencia los más intensos.
Tal vez pueda perfeccionarse con algún apoyo institucional, pero lo cierto es que ajustado a las limitaciones de recursos, la mayoría toma en cuenta con antelación las medidas para la reducción de riesgos, sobre todo ante fuertes lluvias y ciclones.
Estamos próximos a comenzar la venidera temporada ciclónica 2022 desde el 1ro de junio hasta el 30 de noviembre, etapa en la que se esperan no menos de 17 ciclones tropicales, de los cuales 9 podrían ser huracanes.
Ya hay lugares como en el puerto de Casilda al sur de Trinidad, donde los propios vecinos y familiares han establecido cuáles son las casas hacia las cuales evacuarse, y es una previsión existente con suficiente antelación.
Siempre habrá unos más precavidos que otros, y hasta quienes llegan a la exageración, pero alienta ver un vecino de los que se prepara con antelación, aunque dice:
No me vayas a sacar en La Guagua esa, pero yo llevo meses recogiendo tablas y puntillas para asegurar las ventanas, porque si no guardo desde ahora, después a la hora de la verdad no aparece ni con qué clavar.
Rehúye hacerse público, pero en la barriada santaclareña del Escambray lo tienen como una de las principales figuras que se movilizan frecuentemente durante actividades de disminución de las vulnerabilidades relacionadas con poda y tala de árboles que constituyen riesgos.
No obstante se queja:
Tenemos un árbol que no dejan cortar, y cuando nos demoramos en podarla, uno se asoma al balcón y le da complejo de mono porque llega a creerse que vive encima de una mata, y si esperamos por las empresas… cuando venga un ciclón nos la tira arriba.
Es también de los que se preocupa por el mantenimiento y limpieza de las alcantarillas y sistemas de drenaje, acerca de lo cual dice:
Ni tapas tienen los registros de las alcantarillas, y dentro le va cayendo de todo, por eso se tupen hasta con una llovizna, pero en la oscuridad cualquier se cae dentro de esos huecos.
Quizás esté pendiente de avanzar más el tema del autofocal para enfrentar un posible incremento de los niveles de infestación del mosquito Aedes-aegypti en la temporada de lluvia, aunque en sequía también se crean condiciones para su proliferación con la cantidad de tanques donde almacenar agua, sobre todo donde los ciclos de suministro son prolongados.
Aunque la situación es favorable, no se puede negar que la población acoge las medidas de protección para la prevención y control de la pandemia de la COVID-19.
En resumen: Esta permanente preparación dentro de la propia población, en el seno de la familia, de la barriada, fortalecen el sistema de la defensa civil y le da una esencia popular.
Guaguas anteriores se acceden desde aquí.
