La luz y el silencio se apoderaron de Cuba el viernes en la noche y se levantaron como tributo de todo el pueblo a las 46 víctimas mortales del infausto accidente en el hotel Saratoga, de La Habana Vieja; en acto de acompañamiento al dolor de familiares y amigos.

En la nororiental provincia de Las Tunas el edificio 12 de plantas, el más alto de la ciudad, se convirtió en altar para el homenaje central a los fallecidos en otra jornada de consternación y respeto por los que ya no están, de sus familias y de sus amigos; y, de solidaridad, también, con quienes sufren secuelas físicas y psicológicas por el impacto del siniestro.
Al emblemático inmueble acudieron dirigentes del Partido Comunista, el gobierno, la UJC, la Central de Trabajadores de Cuba y organizaciones de masa que representan a la sociedad civil, junto a una amplia representación de los habitantes del municipio capital.

Y como demostración del dolor que embarga a la Isla toda y de ese sentimiento nacional de humanismo que caracteriza a los cubanos, en las restantes siete demarcaciones de este territorio oriental cientos de personas se congregaron en parques, plazas y develaron su pesar por el suceso que enluta a muchos hogares.

Esas muestras del sufrimiento colectivo tuvieron réplicas en otros sitios públicos y en viviendas, donde sus moradores encendieron velas y celulares y dedicaron un minuto de silencio para demostrar que sus compatriotas físicamente ausentes estarán siempre entre nosotros.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo (Universidad de Oriente, 1986), máster en Ciencias de la Comunicación (Facultad de Comunicación Universidad de La Habana, 2010). Inició como colaborador (1999) y desde el 2008 es corresponsal de Las Tunas. Profesor adjunto de la Universidad de Las Tunas con categoría de asistente. Cumplió misión en la República de Haití (2000) y en la República Bolivariana de Venezuela (2018-2021). Es colaborar del Periódico 26 y de la emisora provincial Radio Victoria.