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La obra martiana continúa siendo esencial

Justo cuando la filial camagüeyana de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) arriba a su aniversario 25 de creada, dos de sus fundadores, que recibieron la distinción Espejo de Paciencia, máximo reconocimiento que otorga el sectorial de Cultura en el territorio, abogaron por la importancia de continuar estudiando el pensamiento del Apóstol.

 

Para los investigadores camagüeyanos Isaac Licor y Matilde Varela, José Martí es un paradigma que se debe continuar estudiando. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

Para la doctora Matilde Varela Aristigueta, una de los homenajeados, “en estos tiempos, como nunca antes, hay que difundir la obra de José Martí, pues como él decía hay que defender la verdad, juntar y amar.

“El acercamiento a la obra martiana continúa siendo esencial y no debemos renunciar a ello. Tal vez debamos apoyarnos en las nuevas tecnologías y acercarnos al pensamiento desde otras perspectivas. Pero no cabe duda de que es uno de los cimientes de la nación cubana.

 

Momento en el que la directora de Cultura Provincial, Tamira González, le entregó la distinción Espejo de Paciencia a Matilde Varela Aristigueta. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

“Además, el estudio de la obra de Martí nos hace mejores personas y no dudo que el conocimiento de su pensamiento también nos permita desentrañar muchos de los conflictos del mundo actual, no solo cubanos, sino también los internacionales; porque lamentablemente hay muchas cuestiones, como en el área de América Latina, que no han cambiado mucho y todavía precisan de seguirse modificando”.

Igual idea sostiene Isaac Licor Licor, otro de los fundadores de la SCJM en Camagüey.  Isaac ve a Martí como un punto de llegada inalcanzable, “por su profundidad y grandeza, y también por lo utópico que puede ser su pensamiento y porque expresa un afán permanente de mejoramiento humano, de búsqueda, que realmente no culmina nunca.

 

Instante en el que le entregó Tamira González, directora de Cultura, la distinción Espejo de Paciencia a Isaac Licor Licor en el salón de protocolo de la plaza de la Revolución. Foto: Gretel Díaz Montalvo

 

“Siempre tenemos que volver a Martí para buscar los valores, la decencia, lo más imprescindible del hombre, porque es un paradigma inobjetable”.

Luego de tantos años dedicados al estudio y difusión del pensamiento martiano, ambos investigadores coinciden en que el reto es hacer que el legado martiano permanezca en las nuevas generaciones.

Pues como alega Varela Aristigueta, “Martí tiene que ser uno de los puntos de partida para el trabajo diario, no solo para los educadores, sino también para los adultos que nos sentimos con la responsabilidad de educar a los jóvenes y niños que nos sucederán”.

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