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Ucrania: un negocio muy rentable… por ahora (+ Fotos)

Más de cincuenta días después de iniciada la operación militar especial de la Federación Rusa en Ucrania, con objetivos muy claros, pero poco conocidos gracias al eficiente trabajo realizado por los medios de estadounidenses y europeos, el conflicto bélico continuará por obra y gracia de quienes lo ven como un negocio muy rentable.

Hace poco más de cincuenta días, en pleno invierno, las tropas rusas entraban en Ucrania. Foto: Russia Today

Sin olvidar la tragedia que ello implica, el lector preocupado por el acontecer en esta parte del Este europeo debe reflexionar acerca de la “ayuda” de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras naciones.

Los despachos periodísticos o las declaraciones oficiales testimonian el envío de armas cada vez más sofisticadas a Ucrania, y al parecer se trata solo de armas, ya que las noticias no mencionan alimentos o medicinas, solo armas.

Algunas de estos equipos, sobre todo las que están llegando en abril necesitan de instructores militares que enseñen a los soldados ucranianos y a los grupos neonazis que aún se mantienen operando, junto a mercenarios extranjeros en peligro de ser eliminados por los nacionalistas si intentan rendirse.

Por ahora el negocio da muy buenos beneficios a algunos pocos, pero la gran mayoría de la humanidad está pagando las consecuencias de las sanciones económicas como arma política y de la prolongación de la guerra.

 

La “independencia” ucraniana

Cada vez son más los analistas y comentaristas internacionales que ponen al descubierto la verdadera historia de la Ucrania de los últimos años y su real independencia como nación.

Se mantiene la evacuación de refugiados civiles, a pesar de las amenazas de los nacionalistas. Foto: Sputnik

Mucho antes del 24 de febrero, cuando comenzó la operación del ejército ruso, los políticos, expertos civiles y militares de Washington y sus aliados europeos tenían las riendas del poder, político, económico y militar. Bien lo sabe el hijo del presidente Joe Biden, uno de los beneficiados.

Muchas industrias locales pasaron a manos de monopolios internacionales, como las norteamericanas que tuvieron acceso a la producción de titanio y litio ucranianos, por solo citar un ejemplo.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte, subordinada a los Estados Unidos, había comenzado a desplegar su infraestructura militar en el país e incluso Estados Unidos llevaba a cabo la etapa final del despliegue de sus armas nucleares, incluidos los medios hipersónicos.

Esto explica que fuerzas neonazis y radicales comenzaran su plan de exterminio de la fe, la cultura y la historia de los rusos, creándose batallones nacionalistas que organizaron masacres en Donbáss y Odessa.

Según denuncias recientes, con la ayuda de EEUU y la OTAN, Ucrania trabajaba para lograr lo que especialistas llaman una “bomba sucia”, que difiere de la nuclear convencional por contar con un dispositivo más simple y menos compleja.

No es secreto que paralelamente preparaban a la opinión pública para que Zelenski, cinco días antes del inicio de las hostilidades, anunciara la conveniencia de revisar el Memorando de Budapest de 1994, donde Kiev renunciaba a poseer armas nucleares.

La amenaza no es solo para Rusia

Detrás de la rusofobia desatada y estimulada a diario por Estados Unidos y sus aliados se esconden otras intenciones, como ocultar que apoyan y justifican a los neonazis ucranianos y alientan a los radicales de esa nación a luchar contra Rusia.

Tal política llena los principales espacios de la gran prensa, dedicados a “denunciar la barbarie de los rusos” e incluso “el genocidio” que llevan a cabo, tal como afirmara el mismísimo Presidente de Estados Unidos.

¿Por qué no se habla de los laboratorios biológicos militares para el estudio y producción de patógenos peligrosos y experimentos con materiales genéticos en la población civil y militares ucranianos?.

Estados Unidos canceló de inmediato tales experimentos, pero poco a poco salen a la luz pública los rastros, aunque para este tipo de noticias no hay espacio en la gran prensa.

Existe incertidumbre sobre la existencia de nuevos laboratorios en otros países y algunos colombianos están preocupados.

Los presidentes de EEUU y Colombia cuando anunciaban el status especial de la nación latinoamericana en la OTAN. Foto: Alyamadin

Por ejemplo, el senador de Polo Democrático Alternativo Iván Cepeda dijo el 17 de marzo último que la decisión del presidente Joe Biden de declarar a Colombia país aliado estratégico no miembro de la OTAN «es una amenaza para la paz» y preguntó al presidente Duque “si se planea el almacenamiento de armas nucleares y biológicas de Estados Unidos en Colombia.

La respuesta; “colocar equipos estadounidenses en territorio colombiano es un privilegio que permitirá a la República acceder a la inversión, el comercio y la cooperación científica”.

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