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Estados Unidos-Venezuela: La necesidad impone el diálogo

Como era previsible, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha impactado en el mercado internacional de los hidrocarburos y desde que comenzó la escalada entre las dos naciones europeas, el precio del petróleo ha estado en constante ascenso.


Este martes el presidente estadounidense Joe Biden anunció la prohibición total e inmediata de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón de Rusia como sanción.

De manera casi simultánea, EE. UU. echó mano al pragmatismo que distingue su política internacional y decidió sentarse a negociar con quien hasta ayer era su enemigo irreconciliable: la Venezuela de Nicolás Maduro, que deviene hoy en tabla de salvación para los grandes consumidores de combustible.

 

«Tuvimos una reunión, yo podría calificarla de respetuosa, cordial, muy diplomática, entre la delegación del gobierno de Estados Unidos y la delegación del Gobierno venezolano que presido», confirmó el presidente sudamericano.

«La hicimos en el despacho presidencial principal, en el despacho número uno. Ahí estaban las dos banderas bonitas, unidas como deben estar las banderas de Estados Unidos y Venezuela, tuvimos casi dos horas conversando», dijo Maduro.

«Ratifico, como le dije a la delegación, toda nuestra voluntad desde la diplomacia, desde el respeto, y desde la máxima esperanza de un mundo mejor nosotros poder avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz a los pueblos de nuestro hemisferio, de nuestra región», concluyó Maduro.

Es así que EE. UU. reconoce que el verdadero interlocutor de Venezuela es Nicolás Maduro y no el presidente espurio y autonombrado Juan Guaidó, con quien también sostuvieron un encuentro, estéril por cierto.

Carlos Vecchio, supuesto representante diplomático de Guaidó ante EE. UU., criticó a través twitter cualquier posible negociación: “Comprar petróleo a Maduro o a Putin es lo mismo. Son petróleo de sangre”, dijo.

La portavoz de la Casa Blanca Jen Psaki, por su parte, refirió que la reunión con Nicolás estuvo centrado en el tema energético, aunque abordaron otros asuntos bilaterales: «En lo que se refiere a Venezuela, el propósito del viaje fue tratar una serie de temas, incluyendo ciertamente la seguridad energética, pero también se habló de la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos», dijo.

Según Reuters, la delegación estadounidense estuvo compuesta por Juan González, el principal asesor de la Casa Blanca sobre asuntos latinoamericanos; el embajador en Venezuela James Story; y Roger Carstens, enviado especial de EE.UU. para asuntos de rehenes. Por la parte venezolana, además de Maduro, asistieron la primera dama y diputada Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez.

Este fue el primer contacto de alto nivel tras la interrupción de las relaciones diplomáticas en 2019.
Declaraciones del titular de la Cámara Petrolera de Venezuela, Reinaldo Quintero, refieren que la nación sudamericana podría aumentar su producción de petróleo en 400 mil barriles diarios, pues cuenta con la infraestructura necesaria para incrementar de 800 mil barriles diarios a 1,2 millones.

El directivo no espera que se levanten las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump a Venezuela, afirmó a la BBC, pero sí que la administración de Biden emita licencias a determinadas empresas para operar en su país, lo que les permitirá recuperar una brecha de mercado que les había sido cercenada en aras de amplificar las sanciones y presiones contra el gobierno bolivariano y socialista.

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