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El dinero de la mafia

“Hay una fuerte propaganda aus­piciada por los poderosos medios de comunicación estadounidenses relacionada con que los emigrantes cubanos se abrieron paso por sí so­los en ese país, y que un elevado nú­mero llegó a ser millonario a causa de las bondades del sistema; pero la realidad tiene varias aristas”.

Así comienza Miami, dine­ro sucio, el texto que la editorial Ciencias Sociales presentó este fin de semana en el tradicional Sába­do del Libro. Y su autor, el perio­dista Hedelberto López Blanch, se acerca a algunas de esas aristas, las más oscuras y menos amables… y demuestra lo que muchos saben, pero no a todos les conviene que se diga: muchos de esos cubanos se hicieron ricos, prácticamente de la noche a la mañana gracias al apo­yo decidido e interesado de las ad­ministraciones de EE.UU., y —en no menor medida— delinquiendo: narcotráfico, corrupción, lavado de dinero…

En Miami decir, aunque sea bromeando, que un sector del lla­mado exilio anticastrista integra una mafia puede costarle caro al que lo diga. Ejemplos sobran. Pero como mafia se comportan. Como mafia operan. Como mafia mani­pulan e inciden en la opinión pú­blica. Mafia son.

Los protagonistas de este li­bro pudieran ser personajes de una novela negra, pero lo son de la más descarnada realidad. López Blanch ha investigado a fondo y su labor está validada por documen­tos y testimonios recogidos en el propio escenario. El mérito mayor es explicitar conexiones para mos­trar un entramado turbador. Este es un libro útil.

Lo escribe, con conocimiento de causa, el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nor­delo en el prólogo de esta edición: “Miami, dinero sucio es una obra que puede ser leída por cubanos de aquí y de allá, e incluso por perso­nas de otros países que se pregun­tan cómo esa ciudad de hermosas playas y mucha gente buena, puede ser también el epicentro del odio anticubano”. Aquí hay algunas claves.

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