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Orgullo de Sonia: trabajar en comunales

Sonia Hernández Viamonte tiene 76 años, y en su piel están marcadas las casi cuatro décadas que ha dedicado al barrido de calles.

Foto: Leipzig del Carmen Vázquez García

Esta humilde bayamesa de origen campesino, con camisa, pantalón, gorra o sombrero, trabaja cada día allí en la Plaza de la Patria, en la capital de la provincia Granma.

“Me levanto a las tres de la mañana, porque ya a las cuatro debo estar en mi área de labor. Aunque tengo un lugar fijo, que es la llamada calle de la Excelencia, trabajo donde me manden.”

Dice que madrugar para ella no es problema, “el resultado de mi trabajo se muestra cuando toda la ciudad despierta, y las personas salen a sus trabajos o a la escuela y encuentran calles limpias.

“Tengo amigos que me echan de menos cuando no me ven, siempre hay un traguito de café de los vecinos del lugar donde barro y el agradecimiento por la labor que realizo”.

Le brillan los ojos cuando habla de su quehacer diario, ese que realiza también en su casa cada día, donde la esperan el esposo,  dos hijos y los nietos.

“Disfruto barrer. No padezco de nada, no recuerdo ya los años que hace que no me ha dado ni fiebre. A pesar de eso, mis hijos me dicen que me jubile, pero yo les respondo que de ese tema no se habla.

“Hay que enamorarse del trabajo que uno tiene, porque para andar bien hay que querer lo que uno hace y ese trabajo en comunales es necesario para la salud del pueblo, siempre digo que limpieza es salud y belleza”.

Sonia, con su voz baja y pausada recuerda los tiempos más complejos de la Covid-19 Bayamo, también conocida como la Ciudad Monumento Nacional.

“En el peor momento de la pandemia me dijeron que por la edad no podía trabajar, que era vulnerable. Estuve 20 días sin trabajar pero le dije a la jefa que si me iba a coger la enfermedad, que fuera en el trabajo”.

“Claro, el cuidado es muy importante, siempre estaba con el nasobuco, protegida con guante, pañoleta y desinfectándome todo el tiempo las manos y aquí estoy sana y salva”.

Esta mujer valiosa para los servicios comunales en Granma, lamenta que aún muchas personas no valoren su trabajo y derramen desechos en las calles. A ellos los llama a reflexionar sobre el respeto a una labor tan sensible e importante.

“Yo me siento muy satisfecha de mi trabajo. Tengo tres orgullos en mi vida, uno ser cubana, otro ser madre y el tercero ser trabajadora de Servicios Comunales.

“¿Jubilarme? Ni lo pienso, ya llegará el momento de decidir. Ahora solo digo que hay Sonia para rato”.

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