El fracaso de la protesta 15N de Archipiélago: ¿Represión, supresión, intimidación, detención– o revolución? (IV)

El fracaso de la protesta 15N de Archipiélago: ¿Represión, supresión, intimidación, detención– o revolución? (IV)

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Parte I. La “Cumbre por la Democracia” de Biden en diciembre: ¿Mensaje ominoso para Cuba?

Parte II. Fabricación de una disidencia

Parte III. Represión, supresión, intimidación y detención: ¿Valores universales?

Parte IV. Si “represión” no pega, ¿qué tal “revolución”?

Parte V. Conversaciones con cubanos: ¿Por qué fracasó el 15N?

Parte VI. La Coordinadora canadiense-cubana del grupo Archipiélago confiesa: Revolución y no represión

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Si “represión” no pega, ¿qué tal “revolución”? (IV Parte)

Las protestas del 11 de julio fueron “organizadas por los contrarrevolucionarios y se enfrentaron a muy poca planificación o aprehensión por parte de las fuerzas revolucionarias”, como relató Luis Toledo Sande en nuestra entrevista. Inmediatamente después del 11 de julio, el Gobierno activó actividades diarias virtuales, muchas de ellas protagonizadas por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Se trataba de reunirse e intercambiar con la gente en las calles sobre sus preocupaciones. El germen de esto, que no es inédito en la historia política de Cuba, fue en realidad el 11 de julio.

 

El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en San Antonio de los Baños. Foto: Estudios Revolución

 

Ese día, el Presidente, al enterarse de las manifestaciones en el barrio de San Antonio de los Baños, al oeste de La Habana, fue a reunirse con la gente en las calles. Sin embargo, es muy significativa la labor de Gerardo Hernández, uno de los héroes de los Cinco que fue encarcelado en Estados Unidos por haberse infiltrado en grupos terroristas de Miami que planeaban atentados contra Cuba. Desde que fue liberado en 2014 como parte del acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para restablecer la relación diplomática y reabrir las embajadas, Gerardo (como le conocen cariñosamente los cubanos) ha ocupado diversos cargos. En septiembre de 2020 fue elegido nuevo Coordinador Nacional de la organización de masas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

¿Qué son los CDR? Según las investigaciones que realicé cuando viví en Cuba (de forma intermitente durante un año y medio en 1997-1998 para presenciar todos los pasos de las elecciones y del sistema político), son comités locales formados por ciudadanos que viven en unas pocas manzanas cuadradas, entre 100 y 150 personas. Sin embargo, lo significativo para nuestros propósitos aquí es su papel en el enfrentamiento a la contrarrevolución, como señalo en  mi libro de 1999:

“El eslogan CDR ––Revolución en cada barrio–– es algo mucho más profundo de lo que puede imaginar a simple vista. La contrarrevolución existe en Cuba, pero es extremadamente débil, ya que la revolución a nivel de comunidad vecinal la eclipsa. Esta dominación no es el resultado de imposición física ni de incumplimiento burocrático. Este eclipsado de la contrarrevolución deriva de la fuerza ideológica y política de la revolución, así como de la integridad acumulada desde hace varias décadas.”

Estos barrios y sus correspondientes CDR son estables y cambian muy poco con el tiempo. De hecho, en una conversación telefónica sostenida en noviembre con Elena Martínez, que dirigía el CDR local donde yo viví de 1997 a 1998, me confirmó que la estructura básica y la población siguen siendo las mismas hoy en día, donde ella sigue siendo la presidenta de ese CDR. La gran mayoría de los cubanos son propietarios de sus casas o apartamentos. Como resultado de este y otros factores, hay muy poca movilidad en las ciudades. Suelen ser comunidades muy cerradas, ideales para combatir la contrarrevolución.

Es de preguntarse entonces, ¿qué ha cambiado desde 1997 y 1998? La contrarrevolución ha aumentado enormemente su capacidad de subvertir la Revolución con la ayuda de poderosos medios de comunicación social (que no existían en 1997 y 1998), tanto dentro como fuera de Cuba.

¿Qué pasó en noviembre de 2021? Sumerjámonos en el presente de los CDR.

Citaremos algunos ejemplos de la cuenta de Twitter de Gerardo Hernández durante los días previos al 15 de noviembre. Es pertinente señalar para los no cubanos que los contrarrevolucionarios viven en estos barrios como cualquier otro ciudadano, y por tanto estaban al tanto de lo que ocurría.

“Haciendo Revolución en los Barrios” con el hashtag #SomosDelBarrio fue publicado por  Gerardo el 11 de noviembre. Da a entender que la Revolución representa al barrio, no a la contrarrevolución, y presenta un video del Presidente Miguel Díaz-Canel mezclándose e intercambiando con la gente en las calles. Todos sus posts contienen #SomosDelBarrio.

 

 

 

El 9 de noviembre, Gerardo había publicado un vídeo y fotos en los que se ve a estudiantes recibiendo donaciones médicas y entregándolas a los CDR, y el 10 otro de un barrio al oeste de La Habana donde aparecen residentes bailando al son de una conga y cantando “Yo Soy Fidel” atascando su calle principal.  El mismo día salieron fotos de multitudes en la misma comunidad vecinal con Gerardo al centro de esto, su post fue desafiante: “Cuidado con los medios de desinformación anti-Cuba, miren hoy, todos somos los militantes de los CDR”, y arremete: “saben por qué digo esto #SomosDelBarrio”.

Un post del 11 de noviembre estuvo dedicado a una reunión del gobierno municipal local en la misma comunidad vecinal convocada para subrayar el 45º aniversario del Poder Popular en Cuba. En 1976 se estableció el actual sistema político y electoral y, a pesar de sus deficiencias, el nivel municipal local sigue siendo su base.

Este es un punto importante. Según Iroel Sánchez en su presentación del panel del 26 de julio de 2021 en Canadá sobre Cuba, durante más de un año y medio, casi toda la organización local de base fue puesta en espera como resultado de la pandemia. Esto prácticamente congeló el vibrante tejido social y político local en los barrios. Sin embargo, según una reciente conversación telefónica con mis colegas en La Habana, estas actividades empezaron a funcionar de nuevo a principios de noviembre como parte de la reapertura del país tras haber combatido con éxito la pandemia. Esta apertura reavivó las actividades en los barrios, contribuyendo así sustancialmente al impulso del CDR antes citado.

Siguiendo la trayectoria de Gerardo, el 11 de noviembre, tuiteó lo siguiente con un video: “El Presidente y su gente” en barrios del otro extremo del país, en Bayamo, la provincia oriental de Granma. Al acercarse el 15 de noviembre, el gobierno cubano elaboró el eslogan “Nadie nos va a aguar la fiesta”, en referencia a la tan esperada vuelta a clases para todos los estudiantes el 15 de noviembre, después de más de un año y medio de clases en línea. Gerardo añadió que “esto quedó claro en los intercambios entre los ciudadanos y el Presidente” en un barrio de Granma, un mensaje apenas velado a la contrarrevolución. Un vistazo a este video revela otro aspecto de la Revolución Cubana desde dentro, esta vez en Cienfuegos (centro/sur de Cuba) y donde Gerardo se burla del comentario de Biden de que Cuba es un “Estado fallido”. Este video muestra al presidente cubano bajando del coche para mezclarse libremente con la gente, dando así a entender que eso nunca podría ocurrir en los Estados Unidos. Todo ello también fue transmitido por la televisión y publicado en los periódicos cubanos.

El movimiento de base a través de los CDR se está consolidando. También entró en juego otro factor, este sí espontáneo. Un grupo de Facebook formado por jóvenes llamado “pañuelo rojo” emitió una especie de manifiesto: “Hoy yo también me pongo el #pañuelorojo para acompañar la eterna causa antiimperialista, para protestar contra el bloqueo y la guerra contra nosotros. Para protestar contra el burocratismo y la desidia, para protestar contra cualquier intento de restauración capitalista, venga de los enemigos declarados o de los que se dicen amigos.” Iniciaron una sentada situada en una de las principales plazas de La Habana, el Parque Central, recogida por uno de sus activistas cuyo vídeo del 13 de noviembre mostraba a Gerardo con un pañuelo rojo en medio de la multitud y el lema “¡Viva la Revolución!” El 13 de noviembre, Gerardo publicó un vídeo de donde aparece con el pañuelo rojo entre los jóvenes activistas y otro más rodeado por otros jóvenes activistas.

 

 

Todas estas actividades confirman la importancia de concentrarse en la “batalla por las calles” y su letanía de “represión”, especulación que se fundamenta en las noticias que indican que Yúnior empezó a negociar con España su huida a Madrid varios días antes del 15 de noviembre. Es muy posible que estas conversaciones tras bambalinas tuvieran lugar entre el 11 y el 13 de noviembre, cuando estaba claro que la revolución de colores se enfrentaba a un muro de resistencia moral. Además, las fuerzas de la Revolución parecían haber adoptado una amplia variedad de tácticas de movilización inspiradora. El 13 de noviembre, uno de los grupos musicales más populares de Cuba, Buena Fe, se unió al plantón musical con Gerardo, al igual que lo hizo otro grupo clásico (disfruta de su música en este vídeo) Moncada y sus músicos. El 15 de noviembre, a las 9 de la mañana, Gerardo tuiteó con confianza que “nuestro 15N” ha llegado con fotos de escolares camino a la escuela.

 

 

 

 

En una situación complicada y controvertida como es la razón del fracaso del 15N para conseguir algo parecido a un golpe de Estado blando, busquemos en los pensadores clásicos la ayuda que tanto necesitamos. En el esfuerzo por documentar y conceptualizar la resistencia cubana, me vino a la mente Karl Marx. Aunque en un contexto diferente, el filósofo escribió: “La teoría… se convierte en un poder material tan pronto como se apodera de las masas”.

En las condiciones concretas de la nación cubana, cuya perspectiva política se basa en el papel dirigente del Partido Comunista de Cuba, el marxismo-leninismo se refleja (entre otras muchas características) en la defensa de la Revolución Cubana. Este programa político permanente incluye todos los rasgos sociales, económicos y éticos que dan sustento a la Revolución. Además, el principio de soberanía y dignidad nacional del PCC, que incluye también la herencia de José Martí, es parte integrante del proyecto de Cuba. Mi experiencia en Cuba me ha demostrado que la gran mayoría de los cubanos son plenamente conscientes de todas estas facetas, incluyendo los intentos de superar sus propias carencias. Es una sociedad muy politizada.

Todas las características mencionadas existían en la mente de los cubanos antes de las protestas del 11 de julio, pero no se pusieron en práctica. Desde el 12 de octubre, cuando Archipiélago anunció que seguiría adelante con la marcha del 15 de noviembre, a pesar de haber sido declarada ilegal, la resistencia a la revolución de colores se disparó. Culminó con la serie de actividades vecinales descritas anteriormente. Resultaron ser una especie de “minirrevolución” dentro de la Revolución.

Las ideas se agudizaron y se volvieron más vocingleras, determinantes y extendidas por todo el país. Esto ocurrió especialmente en los barrios de La Habana, como epicentro de la batalla entre las fuerzas contrarrevolucionarias y la Revolución. Como se desprende de las conversaciones sostenidas con mis colegas en Cuba, el ambiente de reavivamiento de la Revolución pasó a formar parte del paisaje político.

La narrativa oficial cubana en ese momento era que el país estaba “renaciendo” el 15 de noviembre tras la epidemia con la vuelta a la vida normal. Sin embargo, basándose por ejemplo en el trabajo y los tuits relacionados de Gerardo citados anteriormente y lo que relataron mis colegas, también se podría afirmar que la Revolución “renació”, al menos a nivel de barrio, como resultado de este movimiento. Si este es el caso, la semilla de este renacimiento se sembró el 11 de julio cuando el Presidente fue a conversar con la población en San Antonio de los Baños, seguido por lo que parecían ser reuniones casi diarias del Presidente a nivel de base en todo el país.

Esta experiencia en las semanas y días previos al 15 de noviembre fue palpable, según los intercambios de correo electrónico y las conversaciones telefónicas con algunos de mis colegas, sobre los que me explayo en la siguiente sección. Esto es lo que Marx describió como teoría, o en nuestro actual contexto cubano, “las ideas se convierten en una fuerza material”. A esto se suma el hecho de que los disidentes viven en los barrios, cara a cara con la causa moral de la Revolución.

En noviembre de 2021, ideas convertidas en materia crearon las condiciones para la victoria del 15 de noviembre sobre las fuerzas contrarrevolucionarias. Por eso no se produjo la esperada crisis y ni el caos que pretendían usar como pretexto para una mayor intervención por parte de los Estados Unidos.

No tuvo nada que ver con la “represión” física, la “intimidación”, etcétera. Fue una batalla de ideas, y la Revolución ganó.

Acerca del autor

Arnold August, periodista y conferencista canadiense, es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999), Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU: ¿Qué ha cambiado? (2018). Es un colaborador de Trabajadores. Twitter: @Arnold_August FaceBook: Arnold August

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