LA GUAGUA: Trata de confundir con la trata de personas (Final)

LA GUAGUA: Trata de confundir con la trata de personas (Final)

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En la anterior salida de esta sección LA GUAGUA: Trata de confundir con la trata de personas (I Parte) se expresa:

El fenómeno migratorio ha estado entre las primeras armas de agresión contra la Revolución Cubana, que hace menos de un decenio actualizó su política migratoria, en lo que pudiera calificarse como la tortilla mejor virada en ese tema, y que abordaremos en próximos viajes de esta Guagua con los comentarios digitales que invitamos a emitir.

Y aunque es en ese espacio donde deben dejarse los Comentarios Digitales sobre el tema migratorio, alguien lo colocó en En la sección RETRATOS: Minutos para la vida dedicado a relatar anécdotas del pueblo en relación con sus vivencias en encuentros con Fidel.

Ese fue el caso de andrés zamora robles, quien desde un IP no cubano y que declara un correo electrónico Nauta, dice:

Estoy tan contenta de haberme ido de este país. Tiene que haber un cambio de régimen. Espero que la gente se una y luche por la libertad. Ha pasado mucho tiempo. Habrá que perder vidas, se derramará sangre. Pero LA LIBERTAD VALE LA PENA

No asombra que andrés zamora robles esté “contenta” de haberse ido de Cuba, pues tiene motivos para ello si cumplió sus deseos de abandonar el país donde nació.

 

 

Antes de continuar abordando ese comentario digital, expondremos que la migración se sustenta fundamentalmente en la desigualdad de condiciones de las áreas, lo cual estimula tendencias a trasladarse hacia las que reporten mayores beneficios.

Visto desde el punto de vista de una nación en los tiempos modernos, las subdesarrolladas pierden mientras las más desarrolladas ganan recursos humanos, y aumentan sus beneficios si la reciben con una calificación, aunque si no la tienen son empleados en faenas duras y no atractivas para los nacionales.

De hecho, las economías de los países favorecidos incrementan sus ventajas en una competencia desigual, pero si se le suma el componente de una singular agresión política como la que desatan los gobiernos de los Estados Unidos contra Cuba, el asunto entonces es único en su género.

La Revolución Cubana, desde el mismo Primero de Enero de 1959 tuvo que aplicar medidas alejadas y hasta opuestas a las implementadas en el planeta, dadas las peculiaridades del tema migratorio en este caso politizado y con fines agresivos por las administraciones norteamericanas.

En el caso del comentario digital que tratamos, no es raro que tenga motivaciones, como enemiga, a desear:

Tiene que haber un cambio de régimen.

Tampoco puede ser extraña esta respuesta por parte del pueblo:

Pero también la inmensa mayoría del pueblo tiene derecho a defender La Constitución de la República fue debatida ampliamente y aprobada en referendo por el 86,85 por ciento de los votantes, abrumadora mayoría que escogió de manera soberana y libre el sistema socialista su irrevocabilidad y el derecho a combatir por todos los medios contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido.

Continúa el comentario digital:

Ha pasado mucho tiempo.

Podrá parecerle mucho tiempo desde 1959 hasta este 2021, pero ya hubo quienes partieron hacia los Estados Unidos en los primeros momentos con la idea de retornar pronto a una Cuba sin socialismo, y no faltaron quienes no vaciaron las maletas porque creyeron que la caída de la Revolución era cuestión de días.

Y  termina el comentario en una franca alusión a la violencia y que no requiere más observaciones:

Habrá que perder vidas, se derramará sangre. Pero LA LIBERTAD VALE LA PENA

En resumen: Aunque hay quienes mediante un emplazamiento de guerra psicológica le han implantado una maleta en la cabeza para hacerles creer que el único camino es emigrar y las hacen pensar con el estómago, se equivocaron si creyeron que harían detener el desarrollo en el mismo año 1959, levantando sus fronteras para que huyeran los que tenían cuentas pendientes con la justicia revolucionaria y abriendo las puertas a quienes escucharan sus cantos de sirena, sobre todo a los profesionales.

También les ha salido mal pretender dar la imagen de que en vez de haber una emigración económica y de reunificación familiar, existe una escapada masiva de lo que llaman el régimen, pues la realidad es evidente y comprobable por todos los que visitan a Cuba.

Y al actualizar la política migratoria en correspondencia con la fortaleza alcanzada por la Revolución, si había algún confundido, le debe quedar claro (salvo que lo niegue de mala fe) que es el gobierno de los Estados Unidos quien fomenta las salidas ilegales, de forma irregular con peligros para la vida y de ser víctimas de la trata de personas.

Numerosas han sido las zancadillas que van desde negar visas para obligar a abandonar el país de manera insegura y desordenada, hasta imponer trámites en terceros países y todo género de dificultades, excepto cuando llegan por vías irregulares a territorio norteamericano.

Todo es más visible desde que Cuba eliminó la  solicitud del permiso de salida conocido como Carta Blanca, y adoptado medidas para facilitar la ida, permanencia en el exterior y regreso de sus nacionales.

Sin dudas, hay pérdidas sin compensación que no se pueden negar cuando personas formadas en una sociedad culta y sana rinden frutos en otras naciones, pero el capital humano va adquiriendo una riqueza tal, que los daños pueden resarcirse gracias al sistema educacional y la política de la Revolución.

Aunque esta es la parte final, en cualquier otra salida de la Guagua podemos volver a abordar el tema, y si desea acceder a secciones anteriores, dé clic aquí 

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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