Instituto de Investigaciones Liliana Dimitrova: Cincuenta años al servicio de una agricultura sostenible

Instituto de Investigaciones Liliana Dimitrova: Cincuenta años al servicio de una agricultura sostenible

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                                                         “Yo hago campaña por la Liliana. Hablo todos los días sobre ella. No tengo que       añadir más”.

                                                                                Fidel Castro, 1991

El Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova, que este 22 de noviembre cumplió 50 años de creado, “tiene el reto de alinear su misión y visión con las grandes transformaciones actuales, bajo un escenario político y sanitario complejo que demanda crecernos para contribuir a la  satisfacción de la sociedad cubana”, afirmó la MsC Alicia Fernández Miranda, directora general de la institución y Diputada al Parlamento cubano.

 

 

Aseguró que el colectivo continuará honrando la memoria del líder histórico de la Revolución cubana, poniéndole corazón y contribuyendo para que la ciencia, la tecnología y la innovación, desempeñen un papel principal en el incremento de la productividad, la eficiencia y la eficacia.

Trabajará en el fortalecimiento de las relaciones con las universidades, las entidades de ciencia, tecnología e innovación y el sector empresarial, en la implementación del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, el encadenamiento productivo y la contribución a la sustitución de importaciones y la exportación, haciendo que Cuba Viva.

Alicia Fernández hizo un recuento del origen y trayectoria del instituto, desde la creación de una finca en Güira de Melena donde, producto de la colaboración cubano búlgara se evaluaban, a escala de producción, las tecnologías que existían en Bulgaria y el desarrollo la horticultura cubana, fundamentalmente la mecanización, prueba de máquinas e implementos y su adecuado manejo agronómico.

 

Alicia Fernández reseñó la larga historia del instituto e informó sobre los retos que tienen. Foto: Yenia Almaguer

Tomó el nombre de Liliana Dimitrova, en homenaje a una joven militante del Partido Comunista búlgaro, que a los 26 años de edad cayó heroicamente luchando en contra del fascismo, comentó Alicia.

Luego se transformó en Estación Experimental Hortícola y comenzó a trabajar en el mejoramiento genético, la agrotecnia, la mecanización, la sanidad vegetal y el riego. En aquella etapa destacó la labor de especialistas búlgaros, iniciadores de la introducción de las tecnologías de producción hortícolas búlgaras en Cuba, los ingenieros Stoyan Tzocov y Guenadi Borisov.

Llegaría el momento de la búsqueda de genotipos de alto potencial de rendimiento; se realizaron introducciones foráneas de variedades de tomate, pimiento, cebolla, pepino, pepinillo, melón, calabaza, col, habichuela corta y otras hortalizas menores de diversas procedencias, algunas de las cuales se incorporaron a la estrategia de siembra, base para emprender el programa de mejoramiento genético, que permitió obtener las primeras variedades de tomate.

Se ejecutaron trabajos de investigación-desarrollo en la temática de producción de semillas de diferentes especies hortícolas, con énfasis en los cultivos de tomate y el pimiento, que se iniciaron en 1971, y se han fortaleciendo.

“En 1981, con el objetivo de cerrar el ciclo mediante los vínculos de la investigación con la producción, la dirección del Estado y del Ministerio de la Agricultura, decidieron el traslado de la Estación Experimental Liliana Dimitrova hacia áreas aledañas a la Empresa de Cultivos Varios 19 de Abril, de Quivicán”.

La validación de cultivos protegidos y semillas, entre los logros de la Liliana. Foto: Ana Margarita

Cuatro años después se constituye como Instituto de Investigaciones Hortícolas con la suma de la Estación Experimental de Granos  “El Tomeguín” de Alquízar, y la Estación Experimental de Papa, de Boyeros, ambas integraban la Red de Investigaciones de Cultivos Varios. A partir de ese momento se amplía el alcance de las investigaciones a las hortalizas, los granos, la papa y las fibras naturales.

Entre los resultados principales de la institución, Alicia citó que más del 60 % de las variedades de hortalizas, granos básicos, papa y fibras, que proceden del programa de mejoramiento genético de la institución, se siembran en el país, así como la generalización de importantes tecnologías adaptadas al trópico.

Destacó que desde su creación ha contado con una importante  actividad de colaboración internacional, principalmente con el Instituto de Investigaciones Hortícolas «Maritza» de Bulgaria, el Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas (INRA) y CIRAD de Francia, con el Instituto de Investigaciones de Kécskemet, Hungría, el CIAT de Colombia, la Estación Experimental La Mayora de España, EMBRAPA Hortalizas de Brasil, el INIFAP de México, el INTA de Argentina, INIA de Venezuela, así como organizaciones internacionales como el CIMMYT de México, PRECODEPA, la FAO y más recientemente con la Universidad Autónoma de Baja California.

La Liliana Dimitrova tiene la misión de proveer la base científica técnica a las cadenas productivas de hortalizas, fibras, flores y plantas condimentosas y sus investigaciones están enmarcadas en el fitomejoramiento y la conservación de sus recursos, manejo integrado de los sistemas productivos de hortalizas, fibras, flores cortadas, y plantas aromáticas, producción de semillas de calidad; la producción integrada de hortalizas en sistemas protegidos; manejo de post cosecha y producciones más limpias.

En correspondencia, se han logrado productos, conocimientos, tecnologías y servicios derivados de la actividad de ciencia, tecnología e innovación que contribuyen a los programas y proyectos de seguridad alimentaria en Cuba, y desde el punto de vista científico y tecnológico propuestas y soluciones de medidas de adaptación encaminadas al enfrentamiento al cambio climático.

Destacan los resultados de los programas de mejoramiento genético de tomate, pimiento, melón y berenjena, introducidos y generalizados en el país y en la región del Caribe (variedades de tomate y tecnologías con enfoque agroecológico), así como la generación, adopción y transferencia de tecnologías.

Además, trabaja bajo el concepto de “ciclo cerrado” y se generan productos con potencialidades para su comercialización, con impactos en la sustitución de importaciones y las exportaciones, y sobresale la labor de extensión agraria y de capacitación a productores y técnicos, que posibilitan la actualización en nuevas tecnologías de producción hortícola; varios profesionales de la institución están vinculados a la docencia de pre y post grado.

El Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros entregó un reconocimiento por la labor del instituto, y también lo hicieron las BTJ, y la ACTAF entregó sus principales estímulos: Premio a la Obra de la Vida y Premio al Mérito Técnico.

Igualmente recibieron reconocimientos los cuatro fundadores que aún laboran en el centro; la Distinción 50 Aniversario a organismos que trabajan cohesionados con el instituto y los trabajadores destacados con 30, 20 y 10 años de permanencia en el centro.

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