¡Habrá Bienal!

¡Habrá Bienal!

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Pese a los intentos de boicot, habrá Bienal de La Habana. Y no solo, y no fundamentalmente, por el empeño de las instituciones culturales, sino por la voluntad de muchos artistas, curadores y galeristas cubanos y extranjeros. En la conferencia de prensa se hizo pública una comunicación del Centro de Arte Contemporáneo Widredo Lam, que publicamos íntegramente, en la que se defendió la pertinencia de una cita que ha devenido plataforma privilegiada del Arte cubano y del tercer mundo. El documento también se refiere a los intentos de boicot.

 

 

Ayer el diario mexicano La Jornada difundió una declaración de apoyo a la que se sumaron 150 creadores, entre los que se cuentan voces esenciales del concierto latinoamericano, como Elena Poniatowska, Paco Ignacio Taibo II, Laura Esquivel y Héctor Díaz Polanco. En la conferencia se resumió ese pronunciamiento.

La Bienal de La Habana se desarrollará en una compleja situación, pero la voluntad de celebrarla es firme.

 

Comunicación necesaria de la 14 Bienal de La Habana

Desde finales de 2019, el equipo de curadores de la Bienal de La Habana comenzó a reunirse con colegas y artistas para conocer sus opiniones. Dichos encuentros se tornaron en un ejercicio crítico que analizó aciertos y desaciertos, así como la necesidad de actualizar su pauta y adaptarla, aún más, a las especificidades de nuestro contexto. Más allá de las diferencias, primó el consenso sobre la significación de mantener viva la cita, una idea firme en la mente y el accionar de gran parte de los creadores e intelectuales cubanos, y también extranjeros, quienes han mostrado su apoyo de disímiles maneras, la mejor de ellas, respondiendo positivamente a la invitación de ser parte de esta edición 14.
Podemos asegurar que la decisión de celebrar la Bienal respondió no solo a los deseos de muchos artistas y especialistas cubanos en artes visuales, sino también al imperativo de estabilizar, en lo posible, su periodicidad bianual y asimismo corresponder a la vocación universalista y de cultura abierta que caracteriza a Cuba desde hace décadas.
Nuestro equipo no es ajeno a los sucesos que han signado a los dos últimos años, dentro y fuera de la Isla. Esta Bienal ha sido concebida y planeada, en su estructura y en sus conceptos, tomando en cuenta esa realidad. Nos hemos propuesto trabajar desde la austeridad que exige el momento presente, planteándonos la sostenibilidad como eje rector, de ahí el acuerdo de extender el período de las exposiciones, reducir al máximo la transportación internacional de obras y seleccionar proyectos amigables con el medio ambiente y que hagan uso racional de los recursos, aportados, en su mayoría, por los
propios artistas. Asimismo, la producción de las exposiciones se articula a partir del principio de reutilización de mobiliario, equipos y espacios que ya poseíamos, y la colaboración con instituciones propias y extranjeras dispuestas a impulsar el arte y la cultura.
Desde su creación, la Bienal de La Habana ha potenciado el desarrollo plural de las expresiones visuales y facilitado la concurrencia horizontal de artistas y pensadores provenientes de países y grupos muchas veces situados al margen de los centros de poder. Cumpliendo con este cometido, ha dado a conocer internacionalmente innumerables creadores de África, Asia, Medio Oriente, América Latina y el Caribe, con estéticas y
posiciones ideológicas muy diversas. Además, ha favorecido extraordinariamente el desarrollo del arte cubano, propiciando el intercambio entre artistas extranjeros y nacionales, y, en no pocos casos, cimentando y afianzando las carreras de estos últimos.
Creemos que es nuestra misión defender ese legado y, con él, la existencia misma de este espacio antihegemónico, que privilegia el diálogo y la libertad, y, sobre todo, el derecho del arte a existir y a ser compartido, reconociendo su valor transformador y su poder para impulsar a la humanidad hacia un futuro más prometedor e inclusivo.
Paralelamente, la Bienal de La Habana ha contribuido a un acercamiento de los imaginarios del arte, el tradicional y el renovador, con sectores populares no especializados en este
campo, respaldando formas de interacción entre numerosos y muy diversos receptores y lo contemporáneo múltiple del arte.
Aquellos que hoy llaman al boicot se basan en gran medida en argumentos que trascienden las funciones, competencias y objetivos de un espacio artístico. Niegan así cualquier posibilidad de actuación desde el campo del arte y empañan el deseo legítimo de los que eligen este momento para socializar sus obras y debatir ideas. Quienes asumimos la convocatoria a la 14 Bienal de La Habana queremos para nuestro país, y para el mundo entero, un futuro más próspero e inclusivo, y confiamos en la capacidad del arte y de los artistas para generar ámbitos de concordia y entendimiento, opuestos a cualquier ejercicio de la violencia. Su realización es nuestro modesto esfuerzo para la consecución de ese fin, y por eso decimos Sí a la Bienal de La Habana.
Siempre en contra de todo tipo de actitud colonial, violencia e injusticia en cualquier parte del mundo, nuestra Bienal apuesta por continuar siendo un punto de coincidencia para el diálogo horizontal y el intercambio desprejuiciado entre creadores, curadores, ejecutivos culturales e intermediarios de la circulación del arte de todas las latitudes. Negar la posibilidad de materializarla supone partir de una posición anticultural y excluyente; pedirles a los artistas que se abstengan de mostrar sus propuestas y a los profesionales del pensamiento que no emitan sus criterios, equivale a censurar y agredir a todo aquel que desee, por voluntad propia, acudir a esta cita. Asumir esa posición de coacción y limitación no solo para los cubanos, sino a la vez para personalidades de otras nacionalidades, sería optar por la complicidad de facto con los poderes imperiales que intentan acallar las voces alzadas desde el Sur.
Hoy intentan boicotear la Bienal de La Habana, mañana lo harán contra cualquier evento o festival, pues lo que intentan destruir no es la celebración de un encuentro de arte contemporáneo, sino la posibilidad de que la vida se desarrolle de forma normal en nuestro país.
Desde aquí hacemos un llamado a respetar y apoyar el esfuerzo de todos los artistas y trabajadores de la cultura de todas las partes del mundo que han invertido sus energías para que esta confluencia sea posible. Y agradecemos a todas las voces solidarias que se han levantado en defensa de la Bienal de La Habana.

Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam

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