La tarde del 26 de octubre del 2021 es huella también beisbolera. El estadio Latinoamericano llega a sus primeros 75 años y con un batazo de sol y siempre rodeado del color azul se recordó el hecho. Trabajadores de la instalación, glorias deportivas, jóvenes peloteros y pobladores del barrio vivieron el momento junto al Coloso que tanto han disfrutado y amado.
No pocos recuerdos vinieron a la mente de los invitados, de quienes allí reunidos los vieron pasar en una pantalla, aunque parecían reales, como si hubieran sucedido la semana pasada, el mes anterior, hace pocos años, como si se tratara de un perenne recuerdo.
Desde aquel primer juego entre Almendares y Cienfuegos en 1946 hasta el jonrón inmortal de Marquetti en enero de 1986. Desde los cinco campeonatos mundiales hasta los fildeos de Germán, Padilla, Javier Méndez, o los ponches de Changa Mederos, Darcourt y De La Torre, todos azules y habaneros, aunque este estadio es de Cuba, y por qué no, de América.
Se aprovechó la ocasión para homenajear a quienes laboran por conservarlo sin importarles el sol, la lluvia, los mantenimientos constructivos atrasados o los lógicos achaques de una infraestructura que se reciente las siete décadas y media de vida. Pero una futura empresa estatal socialista es el próximo paso de sus directivos y nada más motivador que este cumpleaños.
También habló Juan Ferrer, el que más tiempo lleva intentando un Latino más verde y un terreno más ajustado a las normas internacionales. “Es un alto honor dedicar a este lugar tanto o más tiempo que a mi casa”, confesó tras el nerviosismo de la lectura, pues “eso a mi no se me da tanto como cuidar el estadio”.
Hubo finalmente espacio para reconocer a la peña deportiva Armandito El Tintorero, a propósito de haber sido declarado el 19 de octubre el béisbol como Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación. El Coro Mariana de Gonitch acompañó la tarde de sol y siempre azul.
El Latino ya tiene 75 años. Mucho queda por celebrar todavía.
