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Nicaragua frente a la voracidad imperial

Casi 4,5 millones de nicaragüenses están llamados a votar el venidero 7 de noviembre en unos comicios generales sobre los cuales se ha posado la voracidad imperial.  Ese día se elegirá a la dupla presidencial para los venideros 5 años, y también a 92 diputados a la Asamblea Nacional (Legislativo) y 20 al Parlamento Centroamericano.

 

Foto: TeleSur

 

El Consejo Supremo Electoral (CSE) divulgó recientemente el Manual para el Proceso de Votación, que incluye el procedimiento para escoger a los miembros de las 13 mil 459 Juntas Receptoras de Votos (JRV) que trabajarán en todo el país, responsabilidad para lo cual se capacitan más de 30 mil ciudadanos, cuyo proceder será vital para garantizar el orden, la paz y la tranquilidad del proceso.

Junto a los candidatos de Nicaragua Triunfa, alianza lidereada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) e integrada por una decena de movimientos afines, se presentan los de otras cinco agrupaciones políticas: Partido Liberal Constitucionalista, Alianza por la República, Camino Cristiano Nicaragüense, Partido Liberal Independiente,  y Alianza Liberal Nicaragüense.

A nivel regional, en las dos autonomías de la Costa Caribe, optan también representantes del pueblo misquito, quienes militan en Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka (Yatama), que en castellano significa Hijos de la madre tierra.

Según sondeos de opinión, la dupla favorita es la de Nicaragua Triunfa, con Daniel Ortega (75 años) y Rosario Murillo, como presidente y vicepresidenta respectivamente.

 

Foto: Oswaldo Rivas/ AFP

 

Aún desde antes de ser convocados oficialmente, los comicios han sido tildados de farsa electoral por enemigos internos y externos del gobierno sandinista, entre los que destacan funcionarios de Estados Unidos, de la Organización de Estados Americanos (OEA), y de la Unión Europea (EU).

El argumento más reciente es el encarcelamiento y enjuiciamiento a personas que supuestamente hubieran podido aparecer en la candidatura de algún partido opositor. Según el experto en temas latinoamericanos Fabrizio Casari, “los presos están en la cárcel por desconocer el principio de no repetición de los delitos incluidos en la amnistía de 2018, trabajando activamente en un nuevo intento de golpe de Estado para finales de 2021, financiado por USAID y conocido como RENAIR”.

“Se les acusa de haber blanqueado dinero recibido del extranjero que nunca se denunció y de haberlo utilizado tanto para su enriquecimiento personal como para la organización político-militar y mediática de un frente subversivo; de pedir reiteradamente (…) sanciones contra su propio país, invasiones militares y medidas de aislamiento económico y político internacional; de actuar en contra de los intereses nacionales, asociándose con potencias extranjeras hostiles (…). Se trata de delitos que en cualquier parte del mundo llevarían a cualquiera a la cárcel durante mucho tiempo, especialmente en EE. UU. , donde estos mismos delitos se castigan también con la pena capital”.

A pesar de tales argumentos, desde Europa se deslegitima el proceso electoral. El político español Ramón Jaúregui, presidente de la Fundación Euroamérica y experto en las relaciones de Europa con América Latina, ha pronosticado el no reconocimiento de los resultados, lo cual no se traduce “en el cierre automático de la representación política o diplomática de la UE en Managua, pero sí podría afectar la participación de Nicaragua en el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la UE”.

En entrevista concedida desde Ankara, Turquía, el canciller nica Denis Moncada Colindres, quien se encontraba en visita oficial, ratificó que su país “vive una situación normal, estable, de paz, trabaja normalmente, produce y se están garantizando la seguridad alimentaria y de salud de nuestra población. Nicaragua es un país diferente al que se quiere hacer creer en los medios de comunicación internacionales”.

Poco aval han ganado los representantes de EE.UU., la OEA y la UE como veedores imparciales de la democracia en la región: repudian elecciones en Nicaragua mientras reconocen a Juan Guaidó, el presidente apócrifo de Venezuela; y a Jeanine Añez, la señora golpista de Bolivia.

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