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Proezas que se honran

En varias obras sociales de Camagüey, en las maquinarias que erigen hoteles, en la producción de alimentos, en la salud… cientos son los equipos y soluciones que muestran el sello de calidad que garantizan los hombres y mujeres de la Empresa Militar Industrial Mayor General Ignacio Agramonte.

 

Por la premura y eficacia con la que acometieron la tarea, los hombres y mujeres de CIDAI y de la fábrica de estructuras metálicas recibieron la bandera de proeza laboral

Y es que desde que han diversificado sus funciones, el aporte al desarrollo económico de la provincia agramontina ha sido una de sus principales metas. Por eso no es de extrañar que cada vez que sea necesario acudan a ellos.

Así lo hicieron hace algunos meses ante la necesidad urgente de incrementar el número de máquinas cosechadoras de granos para no perder una considerable producción de maíz.

Humberto Céspedes Pérez muestra uno de los cuatro silos-secadores que aguardan su terminación para ponerse a trabajar

Sin pensarlo mucho, los 26 trabajadores del Centro de Investigaciones y Desarrollo del Armamento de Infantería (CIDAI) se dispusieron a diseñar mecanismos y a adaptar piezas con las que ya contaban para ver qué se podía hacer.

Según cuenta el director del centro, Julio Hurtado Betancourt, él, junto a sus muchachos, mucho investigaron para innovar en el restablecimiento de cosechadoras de granos y específicamente en los frentes de corte y en el sistema de alimentación.

“Pero, por supuesto, añade, no lo hicimos solos, sino que nos apoyamos en el colectivo de la Fábrica de Estructuras Metálicas, quienes se encargarían de materializar lo que estaba en el papel”.

Allí, liderados por Humberto Céspedes Pérez, el director de la factoría, la mayoría de los 68 trabajadores dedicaron jornadas extras para poder elaborar los implementos agrícolas. “Y casi sin descanso lo logramos en unos dos meses”, asegura.

No obstante, pensaron en completar la misión ideando, además, silos-secadores, para lo cual agarraron cualquier pedacito de material y echaron a andar seis equipos.

 

Durante el acto se reconocieron igualmente a un grupo de trabajadores destacados con el sello 50 aniversario de creado el Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa

“Para esos silos, explica Hurtado Betancourt, aplicamos ingeniería inversa y los diseñamos con una capacidad de 7,5 toneladas. Logramos así el proceso completo y sin gastar casi dinero, pues muchas piezas eran recuperadas”.

Para estos trabajadores fue un sacrificio, pero era algo que tenían que hacer, por eso cuando, merecidamente, les entregaron a ambas entidades la bandera de proeza laboral, solo aseguraron que continuarían innovando.

Y mientras unos recibían el estandarte, otros, en el taller, ultimaban detalles en cuatro silos-secadores más y en planos se dibujaba la cosechadora de granos completamente cubana sin aditamentos foráneos que para el año que viene se montaría.

Trabajar y hacerlo con total entrega es algo que caracteriza a los trabajadores de planta mecánica, por eso a otro grupo, durante el acto de entrega de la bandera, les fue conferido el sello 50 aniversario de creado el sindicato nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa; porque en tiempos complejos es necesario incentivar y aplaudir proezas como estas.

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