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El gremio periodístico no despide a Borrego, lo eterniza

Por infortunio de la vida este cuatro de octubre, cuando el periódico Granma arribaba al aniversario 56 de su primera tirada, el corresponsal en la provincia de Sancti Spíritus, también de 56 años de edad, se despidió del mundo de los vivos.

 

 

Aunque Juan Antonio Borrego Díaz luchó por la supervivencia, la COVID-19 pudo más que su fortaleza física natural y espiritual, por lo que lo llevó a la muerte entre tantos esfuerzos de los servicios de salud para impedir que se marchara antes de lo previsto.

 

 

El también director del periódico Escambray batalló por subsistir ayudado por el colectivo médico de la sala de terapia intensiva del hospital general Camilo Cienfuegos, pero en medio de la contienda, en la que se aferró a la vida por varios días, la muerte injusta y alevosa ganó, de forma pírrica, la batalla.

Quienes lo conocieron, mejor dicho lo conocimos, apreciamos su estatura periodística y humana, mostrada sin egoísmos ni falsa modestia en el quehacer de la prensa desde que en 1988 llegó, recién graduado de Licenciatura de Periodismo, a la emisora provincial Radio Sancti Spíritus, y que luego en 1990 consolidó su hacendosa labor en Escambray, donde transitó de editor hasta director del órgano por más de 20 años.

Su empinado cuerpo no se verá recorrer los espacios de la redacción de Escambray, pero sus buenas acciones y sabiduría quedarán para las presentes y futuras generaciones de periodistas, a quienes seguirá alentado con sus sanos consejos.

Esa, su mirada a veces pícara y en otras ocasiones compasiva, proseguirá alentando a los que tuvieron la oportunidad de ser sus subordinados, sus compañeros, sus amigos de risas y disparates en el mejor sentido de este último vocablo.

Sin proponérselo llegó a ser diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular durante varias legislaturas, en las que, también, aportó humildemente sus conocimientos políticos, culturales y de ser humano revolucionario.

Ahora, en el descanso sereno que merece, seguirá dando lecciones de avezado periodista y, escribiendo derecho, como siempre lo hizo, lo mismo una información, que una entrevista, un comentario o cualquier otro género porque fue un periodista todoterreno.

En este aciago día, el gremio de la pluma, de las ideas y de la escritura, en Sancti Spíritus y en Cuba, no despidió a Borrego, lo eternizó y lo tendrá presente en cada acción, en cada nota periodística, porque él, con su frente martiana, se ha hecho omnipresente en este batallar de la comunicación social.

(Tomado de ACN)

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